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MIlitares brasileños encuentran una pieza del avión / AP
MUNDO

El informe sobre el Airbus que cayó en el Atlántico concluye que no estalló en el aire

Los expertos creen que el avión sufrió una gran aceleración vertical antes de precipitarse al océano

AGENCIAS
| PARÍSActualizado:

El informe oficial sobre el accidente del Airbus que cayó al Atlántico el pasado 1 de junio sólo es concluyente en un punto: el aparato no estalló en el aire. Así lo atestiguaron ayer los expertos de la Oficina de Investigación y Análisis francesa (BEA) en rueda de prensa. La BEA también anunció que se mantendrá hasta el día 10 la búsqueda de las cajas negras de la aeronave que cubría el vuelo entre Río de Janeiro y París con 228 personas a bordo.

El examen de las piezas recuperadas -asimismo se han rescatado 51 cadáveres e identificado 35- hace pensar que el avión de Air France llegó a rozar el agua y luego sufrió una «fuerte aceleración vertical» para evitar caer al océano, precisó el responsable de la investigación, Alain Bouillard.

Esa aceleración se ha podido constatar en algunos de los 640 elementos recobrados del avión como, por ejemplo, el compartimiento donde se guardaba la comida para los pasajeros, ya que todas las bandejas estaban en el fondo del mueble. Los investigadores también han confirmado que «los pasajeros no estaban preparados para un amerizaje», porque ninguno de los chalecos salvavidas estaba hinchado.

Tampoco se ha podido esclarecer aún si el avión sufrió algún problema en su velocidad, como se apuntó al principio como razón de la catástrofe. Bouillard declaró que los sensores (pitots) encargados de medir la velocidad del Airbus detectaron «incoherencias» en las mediciones del vuelo y son un elemento más a tener en cuenta a la hora de analizar lo ocurrido, pero «no la causa» del accidente.

Segunda fase

Un fallo de los sensores implica que el piloto automático se desconecta, la dirección de vuelo se pierde, los cálculos característicos de velocidad no se ven reflejados en el panel de mandos y el gobierno de la aeronave se ve limitado. Sin embargo, «no quiere decir que el avión no pueda dominarse sino que se vuelve al pilotaje manual clásico», matizó el responsable de la BEA.

Una vez haya concluido el período de búsqueda de las cajas negras se abrirá una segunda fase de la investigación. Porque esos instrumentos que registran la información del avión durante el vuelo emiten una señal por un tiempo limitado, una vez que se han activado tras el accidente. En la nueva etapa, la BEA contará con otros medios y seguirá un método de análisis diferente al que ha utilizado hasta ahora.

El responsable de la investigación concretó, asimismo, que el Airbus A330 no presentaba ningún problema técnico antes del despegue y que la situación meteorológica en la zona del siniestro era «típica de la estación en torno al Ecuador».