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Zapatero decide echar el cierre a la central nuclear de Garoña en julio de 2013

Sebastián justifica la medida porque es "energéticamente asumible" y Corbacho presenta un plan para revitalizar la comarca que acoge la central

MADRID Actualizado: Guardar
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Ya es oficial aunque hacía horas que circulaba la fecha de cierre de Garoña: será el 5 ó 6 de julio de 2013, según ha confirmado el ministro de Industria, Miguel Sebastián, que ha justificado la decisión porque es "energéticamente asumible" y el suministro está "garantizado". El Gobierno ha hecho pública la fecha de cierre tan sólo tres días antes de que expire el permiso de explotación actual (5 de julio) y dos años antes de que Garoña cumpla su vida de diseño (en el año 2011).

José Luis Rodríguez Zapatero prolonga de esta manera dos años la vida de la planta burgalesa pero se queda muy lejos de lo que recomendaba el Consejo de Seguridad Nuclear, que se mostró favorable a que Garoña siguiera funcionando hasta 2019, tal y como habían solicitado los titulares de la central. Con esta decisión, que en último término tenía que adoptar el jefe del Ejecutivo, Garoña se convierte en la primera central nuclear que opera más de 40 años en España.

El anuncio oficial lo han hecho los ministros de Industria, Turismo y Comercio y de Trabajo y Asuntos Sociales, Miguel Sebastián y Celestino Corbacho, respectivamente. Ambos han comparecido pasadas las 18.00 horas en la sede de Industria para informar sobre "la continuidad de la central nuclear". Previamente, Sebastián se ha reunidocon los representantes del Comité de Empresa de la central y con los titulares de la misma. El titular de Industria ha confirmado la fecha que ya se había filtrado a primera hora de la mañana, aunque no ha concretado si el cerrojazo será el 5 ó 6 de julio de 2013, y ha explicado que la decisión no ha sido fácil aunque finalmente se ha adoptado ("lo ha hecho todo el Gobierno") porque es "energéticamente asumible": "Es técnicamente justificable, políticamente coherente, laboralmente responsable y energéticamente asumible". Además, añadía, el resto de centrales nucleares podrán seguir funcionando hasta agotar su vida útil.

Según ha explicado, la central ya ha cumplido la vida para la que fue diseñada, produce más residuos que el resto de centrales y las piscinas de residuis estarían cercanas a verse a agotadas si la planta sigue funcionando más allá de 2013. El Ejecutivo, según ha adelantado, elaborará un "plan industrial" consensuado con la Junta de Castilla y León, los sindicatos y los empresarios para garantizar el empleo de cada uno de los trabajadores de Garoña. En este sentido, Corbacho ha reiterado el "más firme compromiso" de contar con un plan alternativo en el que se comienza a trabajar "desde este mismo momento".

Una decisión que no convence

Antes de que se conociera la fecha de cierre, el presidente del Gobierno auguraba en una entrevista radiofónica que la decisión provocaría críticas de los partidarios de la energía nuclear y de los detractores. Críticas que no han tardado en llegar.

El portavoz de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, cree que Zapatero tomará una decisión "salomónica" y "caprichosa" si cierra Garoña en 2013. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, De Santiago-Juárez ha opinado que Zapatero tenía "dos fórmulas" para resolver el futuro de Garoña: "la Herodes -cerrar- y la Salomón y ha elegido la salomónica, que es partir al niño por la mitad", en referencia a la prórroga parcial que puede anunciar el Gobierno.

También el alcalde de Valle de Tobalina, municipio donde se encuentra la central burgalesa, Rafael González, ha avisado que no va consentir que el Gobierno socialista cierre la planta, "deje el uranio e invierta a 40 kilómetros" de la central para revitalizar la zona. Aludía así a los planes económicos que prepara el Ejecutivo para revitalizar la zona. Según lo trascendido hasta ahora, y que critica el regidor, las inversiones se producirían a 40 kilómetros de la central, algo que considera "inaudito". Quien ha concretado a este respecto ha sido el portavoz del PSOE en el Congreso. José Antonio Alonso ha explicado que el Gobierno cuenta con un plan para cuando se cierre la central para "mantener el empleo y la calidad de vida de la zona". Alonso ha destacado que el Ejecutivo socialista "cumple con sus compromisos" y "va a elaborar un plan absolutamente realizable y viable para que la zona no sufra ningún efecto negativo como consecuencia del cierre". A su juicio, esas "alternativas económicas serias" deben "tranquilizar a todas las personas que puedan estar afectadas por el cierre".

Estos argumentos no convencen al PP. Su presidente, Mariano Rajoy, ha calificado de "error" el cierre en 2013 y ha exigido al Gobierno "una rectificación". También ha anunciado que si el PP gana las próximas elecciones, cambiará esa decisión y hará caso al Consejo de Seguridad Nuclear, que ha dicho por unanimidad que se puede prolongar la vida útil hasta diez años.

Greenpece exige el cierre inmediato

También crítico con la decisión de Zapatero se ha mostrado el responsable de la Campaña Nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, que ha asegurado que si el Gobierno decide no cerrar ya la central recurrirá la decisión en los tribunales "porque es una decisión absurda". Greenpeace también ha firmado junto con las principales organizaciones ecologistas un comunicado por el que insisten en el cierre inmediato de la central nuclear de Garoña y advierte de que "si permanece abierta, el Gobierno estará incumpliendo su programa electoral".

Según los ecologistas, la planta de Garoña presenta "graves problemas de seguridad, está sobradamente amortizada y supone un grave peligro para su entorno". Además, consideran que su cierre no supondría la pérdida de cerca de un millar de puestos de trabajo directos e indirectos que general la planta, "sino todo lo contrario".