El Plan 2000E anima las compras de automóviles tras cinco años de caídas
Los concesionarios reclaman los 30 millones que han adelantado a Gobierno y autonomías
| COLPISA. MADRIDActualizado:Al final del túnel se atisba algo de luz. El negocio del automóvil, que reclamaba desde hace más de un año un programa de ayudas directas a la compra, se aferra hoy a un comedido optimismo al calor de los datos del mes de junio, cuando la venta de coches cayó sólo un 15,9% interanual, frente a los derrumbes superiores al 40% de los meses precedentes, según datos de las patronales del sector.
La mejora se debe en exclusiva al comportamiento de los compradores particulares, cuyas adquisiciones aumentaron un 14%, tras cinco años de caídas, gracias al Plan 2000E. Los concesionarios se felicitan por la iniciativa articulada por el Gobierno, la inmensa mayoría de las comunidades autónomas y los fabricantes, pero exigen a las administraciones que les paguen los 30 millones de euros adelantados por ellos dentro del programa de subvenciones. Y recuerdan, además, que el Estado y las regiones ganan dinero con las ventas de coches.
Nadie pasa por alto el descenso del 38,2% acumulado entre enero y junio, pero los primeros resultados derivados del Plan 2000E auguran un cierto alivio para la segunda mitad del año. Constructores y vendedores se confiesan animados y rebajan su estimación de caída interanual para 2009 al 20% ó 25%, con unas ventas cercanas a las 800.000 ó 900.000 unidades. El sector tiene asumido que regresa indefectiblemente a los niveles de 1995 y que los 1,6 millones de coches vendidos en la reciente época de bonanza no se repetirán.
Frente a la mejora en las compras de los particulares, que ha superado el 30% en Aragón, Asturias, Castilla y León, Extremadura, La Rioja o el País Vasco, el gran lastre llega de la mano de las empresas y los alquiladores, cuyas adquisiciones han caído a plomo, con derrumbes superiores al 40% en el mes y cercanos al 60% en términos acumulados.
«En años anteriores ha habido una verdadera burbuja en el negocio de los rent-a-car, con miles de automatriculaciones que no eran reales», explicó ayer Antonio Romero-Haupold, el presidente de la patronal de los concesionarios (Faconauto).
A esto se suman los problemas de financiación que sufren estas compañías, tal y como recuerda Germán López Madrid, responsable de Aniacam, la organización que agrupa a los importadores. Romero-Haupold explica que los concesionarios, que han despedido a 30.000 empleados en un año y atraviesan serios problemas de liquidez, están financiando gratis a los gobiernos (central y autonómicos) y a los fabricantes, que les deben -a partes iguales- 60 millones de euros por los descuentos aplicados en las facturas a los beneficiarios del Plan 2000E.
Un dinero que preveían cobrar a partir del pasado día 15 y que, por ahora, no ha llegado. El retraso se debe a que aunque las ayudas se aprobaron en un tiempo récord, la normativa que les da soporte legal y el sistema informático para tramitarlas no están aún operativos. La situación no es grave pero puede llegar a serlo, advierte el presidente de Faconauto, que afirma que, sólo en IVA e impuesto de matriculación, las haciendas central y regionales ya se han embolsado 13 millones de euros gracias a los coches adquiridos al amparo del Plan 2000E.
Más ayudas
Los concesionarios -como el resto del sector- advierten de que si las adquisiciones continúan al mismo ritmo que en junio, el presupuesto del programa (100 millones de euros) se agotará en septiembre u octubre, lo que supondría la puntilla para un negocio que, justo entonces, podría comenzar a sostenerse. Por eso han propuesto que los 500 millones previstos para el Plan VIVE en 2010 sean traspasados por completo al 2000E.
La automoción reclama también ayudas directas a la adquisición de vehículos industriales, cuya comercialización cae a un ritmo del 70% interanual. Este segmento sufre como nadie la recesión y, en especial, la crisis tan profunda que atraviesa la construcción. Además, los camiones son vehículos que se financian en el 100% de los casos, algo hoy imposible ante la cerrazón de la banca.