La hora de las sanguijuelas
La prensa británica hace pública una falsa autopsia del Rey del Pop y se pone a la cabeza del ejército que trata de explotar su muerte La madre de Michael Jackson pide la custodia de sus hijos y herederos
Actualizado: Guardar«Las sanguijuelas y el mundo de Michael Jackson». Así se titulaba la carta que publicaba ayer Mallika Chopra, hija de uno de los grandes gurús de la medicina holística y amiga íntima de la niñera y asistenta de Michael Jackson, Grace Waramba. Según el diario británico Sunday Times, Grace aseguró haber lavado el estómago del cantante con cierta frecuencia. Según Chopra, que dice escribir bajo la supervisión de Waramba, todo eso falso. «Grace no sabría ni cómo hacerlo», asegura. La presunta entrevista era, según su versión, el producto de citas reales salpicadas de otras inventadas por una mujer «que se hace llamar periodista». Daphne Barak, esa mujer, habría grabado secretamente conversaciones informales con la niñera de origen ruandés, de la que se hizo pasar por amiga. «Qué citas eran verdad, en qué contexto, y cuáles no, para mí es lo de menos», dice Mallika Chopra, cuyo padre intentó convencer al Rey del Pop para que rompiera con su adicción a los analgésicos. Ese mismo día, el abogado del médico personal de Jackson, Conrad Murray, que encontró al cantante casi sin pulso en la cama, desmentía categóricamente que la mañana de su muerte su cliente le hubiera inyectado un narcótico llamado Demerol, como había asegurado otro periódico británico, The London Sun. La Policía de Los Angeles ha corroborado que eso es lo que declaró el cardiólogo durante las tres horas de interrogatorio a las que se sometió el sábado, sin que todavía se hayan encontrado razones oficiales para sospechar otra cosa.
Eso, si no se tiene en cuenta el supuesto resultado de la autopsia que publicaba ayer The London Sun, desmentido categóricamente por la oficina del forense de Los Angeles. Nada de lo que en él se decía, sin embargo, desafía la lógica de las impresiones recogidas entre quienes decían conocerle: que había perdido el pelo, que tenía diferentes medicamentos en el estómago, que se había quedado en 51 kilos, y que le encontraron varias costillas rotas y pinchazos alrededor del corazón a consecuencia de los intentos para resucitarle.
Especular no es difícil. Es la hora de las sabandijas. En la última década, Michael Jackson ha servido para alimentar el morbo popular como pocas estrellas, y ahora que se ha muerto en circunstancias misteriosas los tabloides han empezado a destripar su cadáver. Cuanto más escabroso, mejor. El eco del amarillismo es tan fuerte que nadie quiere quedarse detrás de la noticia que más excita a las masas.
Custodia temporal
Por eso los patriarcas de la familia Jackson han decidido erigirse en «la única autoridad» sobre el legado de su hijo y sus nietos, que ayer quedaron temporalmente bajo su custodia hasta que se produzca una audiencia el próximo lunes. «Aquí es donde ellos pertenecen», declaró Joe Jackson ayer, en una conferencia de prensa a la puerta de su casa de El Encino. «Están felices con otros niños de su edad. Vamos a ocuparnos de ellos, de su educación y de todo lo que necesiten». Fuentes de la familia aseguran que los Jackson no se opondrán a que la madre biológica los visite, pese a que Debbie Rowe nunca ha tenido contacto con ellos. Pero el abogado de Rowe insiste en que pedirá la custodia, ahora que el todopoderoso Rey del Pop ha muerto. Los Jackson también han pedido a los tribunales convertirse en administradores de la herencia de su hijo, ante la ausencia de un testamento. Un abogado del cantante, John Branca, dice sin embargo tenerlo en su poder y estar dispuesto a presentarlo en breve.
No hay planes para su funeral. «Estamos esperando a ver qué dice la autopsia», se disculpó ayer el padre de los Jackson Five. Según el reverendo Al Sharpton, que estaba a su lado, la familia no quiere que se convierta en un circo, sino que se rinda homenaje al legado artístico de su hijo «de forma que hubiera hecho a Michael sentido orgulloso».
Hoy se llevarán a cabo espontáneamente homenajes en diferentes partes del mundo, que tendrán su epicentro en el teatro Apollo de Harlem, donde Jackson actuó en 1969 cuando sólo tenía diez años. Gary, el pueblo de Indiana que le vio nacer, ha anunciado ya la creación de un museo en su honor.
«Mi hijo era una superestrella en todo el mundo», se emocionó Joe Jackson, contemplando las montañas de fans y periodistas acampados a la puerta de su casa. «Le querían en cada país y en EE UU. Ojalá que pudiera estar aquí con vida para ver este reconocimiento, en vez de esperar a que se muriera. Nunca se imaginó lo grande que esto sería. Él hizo todo lo que pudo para agradar a todo el mundo. Dio muchísimo dinero a los enfermos y a todo el que lo necesitaba. Disfrutaba haciéndolo. Estoy muy orgulloso de mi hijo, y el legado de Michael continuará, eso os lo prometo».
Promoción y luto
La víspera, el patriarca de la familia, que arruinó la infancia de sus hijos para convertirlos en estrellas, desató una oleada de críticas cuando aprovechó su aparición en la alfombra roja de la entrega de premios BET, donde se le rindió homenaje, para promocionar una nueva compañía discográfica con tecnología Blue Ray que ha creado con un socio. Nadie entendió qué relación hay entre Ranch Record y la muerte de Michael Jackson, algo que tampoco aclaró en su conferencia de prensa de ayer. El biógrafo británico Ian Harperin aseguró al 'Daily Mail' que el cantante ha dejado en herencia a sus hijos 200 canciones para garantizarles el porvenir.
«Y en cuanto al apetito de detalles morbosos sobre la vida de Michael Jackson», concluye la amiga de la niñera, a la que Joe Jackson respaldó ayer en la conferencia de prensa, «mi esperanza es que le dejen ir en paz. Ya sabemos que tuvo una vida tortuosa, pero también tuvo una majestuosa en la que amó y fue amado por muchos. Dejemos que la familia cicatrice las heridas y sus fans celebren su música y su corazón generoso».