El Ejecutivo busca con denuedo el acuerdo en financiación para mejorar su estabilidad

El Gobierno trabaja contrarreloj para cerrar, por fin, un acuerdo de financiación autonómica que haga más fácil su día a día. Dispone, como mucho, de quince días para convencer a la mayor parte de los ejecutivos de que rubriquen una propuesta a la que se han dedicado ya cuatro años de negociación y que ha supuesto un enorme desgaste para la gestión de Rodríguez Zapatero. La ausencia de consenso está detrás de buena parte de las dificultades que encuentra el portavoz del partido en el Congreso, José Antonio Alonso, para forjar alianzas que garanticen la estabilidad gubernamental.

La secretaria de Organización, Leire Pajín, admitió ayer que la consecución de un nuevo modelo es, esta vez sí, prioritaria. El Ejecutivo lleva más de un año asegurando que el acuerdo está cerca, pero ahora se las tiene que ver con la fecha límite prometida por el propio Zapatero durante el Debate sobre el estado de la Nación, el 15 de julio, para zanjar el asunto. Si no lo logra, su situación en la Cámara Baja será aún más complicada de lo que es hoy. ERC e ICV le darán la espalda y los 25 representantes del PSC estarán en una posición incómoda. Las cosas, aún así, no pintan del todo mal. Tras meses de tira y afloja, José Montilla, se mostró ayer confiado en que el pacto llegará en los próximos días. «Tendremos la financiación que esperamos, y podremos agotar la legislatura», aseguró en TV3. El remate final es cosa de Salgado. La vicepresidenta económica tiene previsto celebrar la última ronda para atar los restantes cabos sueltos y repartir píldoras que permitan vender el acuerdo.