Calle enrique villegas

En su marinera y preciosa Ayamonte, en la provincia de Huelva, acaban de dedicar una calle a un hombre sencillo pero extraordinario que ha volcado toda su vida en el Carnaval de Cádiz. Se suele decir que los pueblos que honran a sus hijos más significativos se honran a sí mismos. Por eso Ayamonte, que desde Tartessos es testigo de la historia, es capaz de dignificarse continuamente glorificando a sus hijos. Y es nobleza felicitar al Ayuntamiento de Ayamonte, independientemente del color que tenga, que desconozco, ni me interesa tampoco, por el democrático ejercicio en sus facultades enalteciendo y exaltando los valores de la soberanía popular base, sostén y pilar del Estado de Derecho. Estos nombramientos y rotulaciones tan sencillas, tan constructivas y humanas nos devuelve la esperanza en la credibilidad del sistema. Nadie mejor que él merece una calle. Trabajador incansable, creador prolífico, excelente esposo y padre de una zaga que le ha dado al Carnaval muchos enteros. Su obra es profunda y dinámica, elegante y mordiente a la vez, y supo como nadie, en los tiempos difíciles, cuando los comparsistas éramos unos borrachines y unos mamarrachos para las lenguas viperinas, mantener el tipo y la personalidad exacta y precisa para no ser incluido en el despectivo «mensajito» de los detractores.

Como en Cádiz queremos y admiramos a Enrique Villegas, nos sentimos felices y dichosos que uno de nuestros más destacados e ilustres copleros tenga una calle dedicada en su bella y laboriosa tierra choquera. Ahora sólo falta que Cádiz, la ciudad que él paseó con orgullo más allá de nuestras fronteras, se sensibilice más con la soberanía popular y con sus vecinos destacados, dedicando una calle a tan estupenda persona y carnavalero. Es vox populi. Voz del pueblo. ¡Felicidades compañero!