¿La fachada, la escalera o la protección abarca toda la Aduana?

Una de las grandes incógnitas sobre la Aduana es qué parte se protegerá. En principio, el anuncio reciente de la Junta de Andalucía especificaba este asunto. En el informe elaborado por el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba Alberto Villar y el doctor en Historia del Arte por la Universidad Autónoma Óscar da Rocha -que sirvió de base a la Delegación de Cultura de la Junta para decidir que el edificio debía finalmente salvarse- se hablaba del gran valor de la escalinata «de elegante presencia», así como del mural que preside el patio de operaciones, pero también destacaban, a juicio de los expertos, «los revestimientos interiores de suelos y paredes, realizados con mármoles muy bien trabajados» y, por supuesto la fachada.

Pero esos elementos valiosos en opinión de los dos estudiosos tal vez no puedan conservarse, no al menos al completo, si se elige la opción que ha propuesto la Junta para integrar la Aduana en el complejo de Renfe: que sirva de hall de entrada a la estación vieja, que será en el futuro la zona comercial.

Para hacer permeable ese edificio se ha pensado eliminar la parte trasera, que es un añadido, pero no se ha dicho cómo se hará el paso desde la parte frontal hasta la unión con la entrada de la vieja estación. Tendrá que ser por la planta baja, lo que choca con el mantenimiento de todo el interior que hay en estos momentos.