MIR HUSEIN MUSAVÍ CANDIDATO REFORMISTA

El enigma del ex mandatario

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Veinte años después de dejar el cargo de primer ministro, un olvidado Mir Husein Musaví despierta de su letargo político y aparece a los ojos del mundo como el líder revolucionario de una 'ola verde' que desafía abiertamente la estabilidad de treinta años de República Islámica. ¿Acaso esperaba otra respuesta por parte de las autoridades? Puede que sí, pero ahora ya no vive el imán Jomeni y parece que la hermética cúpula islámica presenta fisuras.

Los pesos pesados se dividen entre la línea marcada por el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenéi, y la nueva vía que quieren abrir Hashemi Rafsanyani, responsable de un órgano como la Asamblea de Expertos que, sobre el papel, tiene el poder de elección del líder supremo, y el ex presidente Mohamed Jatamí. Mahmud Ahmadineyad es el hombre elegido por Jamenéi y Musaví es la apuesta de los segundos, una apuesta que por lo visto en las últimas semanas no logra hacerse con el poder. Pero esto es Irán y todo es posible. Sus discursos y acciones han cruzado por momentos la línea roja, el límite que él mismo ayudó a establecer con rigor durante sus ocho años como primer ministro, y eso el sistema no lo podía permitir. La supervivencia de la República Islámica está por encima de todo. Porque no es un Che Guevara, un Nelson Mandela, un líder que quiera abolir el sistema, Musaví es ante todo un hombre fiel a la República Islámica que él ayudó a fundar-

Bajo arresto domiciliario -según fuentes diplomáticas- y combinando llamadas a la protesta con peticiones de calma, el halo de Musaví se va diluyendo y la población que acudió a las urnas empieza a confirmar sus temores. No hay planes, ni estrategias para seguir con la resistencia, todo depende de los propios ciudadanos que echan de menos una figura sólida que los lidere.