EE UU pide a Alemania que acoja a nueve presos procedentes de Guantánamo

Barack Obama no desaprovechó ayer la ocasión que le brindaba su encuentro con Angela Merkel para regalarle los oídos por su «sabiduría», «franqueza» y «pragmatismo», en un momento en el que la agenda entre Estados Unidos y Alemania no admite más dilaciones en temas clave para la seguridad internacional y las medidas para salir de la crisis. Merkel tampoco ahorró piropos al anfitrión y se mostró abierta a escuchar las peticiones norteamericanas para acoger a algunos detenidos de Guantánamo, aunque reconoció que la Casa Blanca todavía no ha hecho una solicitud en firme.

«No ha habido peticiones particulares de que un número determinado de detenidos sean transferidos para una fecha específica», dijo Obama, que admitió que «la canciller no ha hecho promesas concretas y las conversaciones continúan a un nivel general». Por su parte, la líder germana dijo que ambos países están en los comienzos del proceso de negociaciones y que su país tiene actitud «constructiva». Washington ha sondeado a Alemania sobre la posibilidad de que acoja a nueve detenidos de etnia musulmana de origen turco, a un prisionero sirio y a otro tunecino.

Pero la reunión tenía también otros objetivos. Para la parte alemana, uno de ellos era transmitir a Obama la transcendencia que concede a la colaboración con Rusia y, en ese sentido, Merkel insistió en la importancia que puede tener la visita que el presidente norteamericano hará al Kremlin el mes próximo. «La aportación de Moscú puede ser vital en temas como Irán o la crisis de Oriente Próximo», recordó la canciller, que también pidió una actitud más constructiva hacia China para afrontar los grandes retos, desde la estrategia para Afganistán y Pakistán hasta el cambio climático.

Precisamente las políticas para luchar contra el calentamiento global ocuparon un lugar central en la reunión. Merkel pidió al líder estadounidense que respalde el objetivo de la UE de limitar el incremento de las temperaturas medias mundiales a no más de dos grados centígrados. Su visita a EE UU no ha podido ser más oportuna en este sentido porque coincide con una votación en la Cámara de Representantes de una norma que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. «El cambio climático es un asunto muy importante y, por lo que podido comprobar, ha habido un cambio sustancial en Estados Unidos sobre este tema», destacó la canciller.

Merkel y Obama, que acudirán a la cumbre del G-8 en Italia el mes próximo, habían chocado ruidosamente sobre el mejor modo de sacar al mundo de la recesión, pero su relación parece sólida.