El Gobierno replica a las autoridades mauritanas: «La ley española protege a los menores»
| CÁDIZ Actualizado: GuardarEl Gobierno español ha reaccionado a las críticas surgidas en Mauritania tras la sentencia de la Audiencia Provincial de Cádiz que condena a tres mauritanos por forzar a una menor a tener relaciones sexuales, y ha explicado a sus autoridades que la legislación española es «muy garantista y protectora» con el menor, según han informado fuentes diplomáticas.
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz condenó en marzo a la madre de la menor a 17 años de prisión por un delito de violación, otro de coacciones y un tercero de amenazas, mientras que al padre le impuso un año y medio de cárcel por un delito de amenazas. Finalmente, al marido se le impusieron 13 años y medio de cárcel por agresión sexual.
La sentencia ha molestado a ciertos sectores de la sociedad mauritana, que protagonizaron una concentración el pasado domingo en Nuakchot (capital de Mauritania), en la que un ex diplomático mauritano amenazó con represalias a la colectividad española en ese país. En el acto se leyó además una fatua (edicto islámico) que instaba a los musulmanes a solidarizarse con los condenados.
Tras estas manifestaciones, la Embajada española explicó a las autoridades locales que la legislación española es «muy garantista y protectora» con los derechos del menor y en materia de género, independientemente de la nacionalidad de los sujetos.
Tranquilidad
La legación también contactó con los españoles residentes en el país, que rondan el centenar, para «tranquilizarles» y recomendarles que emplearan «el sentido común» y «extremaran el respeto a las costumbres locales», añadieron las fuentes.
No obstante, la Embajada aclaró que no considera que exista una situación de riesgo concreta para los españoles. De hecho, hasta la fecha no se tiene constancia de ninguna reacción violenta contra la colectividad.
En el juicio, la menor, nacida en Puerto Real, aseguró haber sido violada por su esposo, con quien señaló que fue obligada a casarse cuando tenía 12 años bajo amenazas de su familia, que, según indicó, le llegó a decir que si no mantenía relaciones sexuales con su esposo sería lapidada. Durante el juicio, decenas de familiares de la menor y ciudadanos mauritanos acudieron a apoyar a los acusados, portando pancartas en las que pedían respeto para las tradiciones de su país.