La intención del sector es copar todo el proceso de captura, manufactura y venta del atún rojo y otras especies capturadas en las almadrabas. / V. LÓPEZ
Ciudadanos

Las almadraberos amplían su negocio y crean una cadena para distribuir atún rojo

Productos de Almadraba S.L. es una industria de transformación, de salazones y venta directa que abrirá sus puertas en breve en Barbate

| BARBATE Actualizado: Guardar
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«Cuando la crisis aprieta hay que darle vueltas a la cabeza para buscar nuevas fórmulas de negocio». Son palabras de Pablo Crespo, promotor junto a un grupo de empresarios y responsables de almadrabas de la provincia de la planta Productos de Almadraba S.L., una industria dedicada a la transformación del atún rojo y otros productos del mar, que abrirá en los próximos días en Barbate. Las cuotas en las capturas y la crisis ha obligado a agudizar el ingenio a los almadraberos y a extender su negocio pesquero hasta el de la transformación.

La iniciativa no es nueva. Su enfoque sí. Y es que Productos de Almadraba S.L. ya venía funcionando en la zona, pero ahora contará con unas instalaciones y maquinarias más amplias y modernas que se ubicarán en el polígono industrial El Olivar, justo en los accesos al municipio jandeño.

Sus responsables dan algunas de las claves de este nuevo negocio; «estamos viendo que las almadrabas son cada vez menos rentables por una cosa o por otra, así que hemos decidido apostar por la comercialización de toda una línea de productos y por la venta directa a los clientes», apuntan.

De momento, la materia prima con la que trabajará es de primera calidad. «Serán productos de las almadrabas, sobre todo, el atún rojo, pero también especies como melva o bonita que hasta ahora no tenían mucha salida, pero que pretendemos afianzar en la cadena de comercialización», explican.

En estos días se ultima la puesta a punto de esta industria y se realizan las pruebas de funcionamiento previas a la apertura oficial de la nave, de más de 1.600 metros cuadrados que ocuparán en El Olivar, y que comenzará a funcionar según sus estimaciones a comienzos del inminente mes de julio.

Su objetivo es la producción en cadena de derivados de atún, bonito, melva y otros productos similares, así como la comercialización al por menor del atún de almadraba que se pesca en aguas gaditanas.

Salazones, conservas y semiconservas serán otros de los principales atractivos de esta industria, que durante todo el año dará trabajo a 15 personas, pero que en temporada alta, la que coincide con la época de captura del atún en las almadrabas de Cádiz entre abril y junio, podría tener empleadas a más de 70 personas.

La inversión realizada por sus promotores supera los 4 millones de euros. La rentabilidad, «aunque en estos momentos cualquier iniciativa empresarial supone un riesgo enorme», parece garantizada, puesto que el mercado de estos productos «está en auge».

Así lo confirma el responsable de la iniciativa, que recuerda que Productos de Almadraba surte ya a decenas de restaurantes de la zona y que incluso tiene abierta una línea de venta con establecimientos groumet especializados en determinados productos. Por si fuera poco, la industria barbateña ha realizado una importante apuesta por la venta directa, y en su nueva nave de manufactura del atún pondrá en marcha una tienda para los clientes que lleguen hasta allí.

«Hasta ahora comercializábamos salazones secos, despieces de atún fresco y congelado y poco más. Ahora ampliaremos la gama de productos a las salazones húmeas, y dispondremos de mayor número de productos envasados con distintos formatos», explica Crespo.

El objetivo final es que «el valor añadido que tiene el atún rojo de almadraba se quede en el pueblo», y sobre todo que su imagen como producto de calidad se afiance en un mercado cada vez más competitivo y selecto.

«Lo que pretendemos con esta potenciación de la rama de comercialización de los productos es escalar verticalmente, es decir, abarcar desde la extracción de los atunes en las aguas hasta su comercialización».

Se cumple así además un segundo objetivo, como es paliar la crisis que arrastra un sector artesanal del que viven directamente en la provincia más de 400 familias y que este año ha pasado por una situación muy especial con el hecho de alcanzar a mediados de la temporada el cupo máximo de capturas impuesto por Europa.

Ello ha impedido pescar atunes que habían caído en las redes de las cuatro almadrabas caladas en aguas gaditanas: Barbate, Zahara, Tarifa y Conil.

De momento, y en referencia a posibles cambios en la normativa impuesta al sector para este arte en años venideros, hace unos días el PSOE anunciaba que la Dirección General de Pesca y Acuicultura, junto con la Consejería de Empleo de la Junta, están trabajando ya en «cambios normativos para que los trabajadores de las almadrabas gaditanas mantengan sus prestaciones sociales, en caso de que no sea posible un incremento de las cuotas de pesca del atún rojo». Sin embargo el sector no sabe aún en qué forma ni cuantía percibirá unas ayudas «que son imprescindibles para cientos de familias», como reconoce a LA VOZ el alcalde de Barbate, Rafael Quirós.

A principios de junio patronal, trabajadores y sindicatos del sector se movilizaban en Cádiz y Sevilla para pedir ayudas y un cambio en la legislación de las cuotas de capturas.

De momento las ayudas por el levantamiento de la pesca antes de tiempo, de acuerdo al reglamento comunitario, no contemplan el pago de prestaciones por parada biológica al tratarse el atún rojo de una especie migradora. La mayoría de pescadores termina este año la temporada mucho antes, con el consiguiente perjuicio en su cotización de desempleo.

Su esperanza pasa por el anuncio realizado por la Junta, que tiene intención de incrementar las ayudas al sector hasta alcanzar los 44 millones de euros; «sólo con comprensión lograremos sobrevivir», afirman.