Rajoy hurga en el desconcierto del Gobierno con su política fiscal
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarEl pacto refrenado con la izquierda para subir el tipo fiscal a los más pudientes se convirtió ayer en una china en el zapato del PSOE. Fue un amagar y no dar que sirvió a Mariano Rajoy para hurgar en las contradicciones del Gobierno y, sobre todo, para acusar a José Luis Rodríguez Zapatero de imprevisibilidad y falta de proyecto. «Lo único evidente -dijo- es que no hay un criterio claro en política económica. ¿Usted va a subir los impuestos como acordó a las catorce horas del día de ayer o no va hacerlo como dijo a las dieciocho?».
La negociación con Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya fue centro de muchas conversaciones en el seno del grupo socialista. Sus protagonistas admiten que «quizá no se gestionó bien» pero, en todo caso, aseguran que no hay nada de lo que desdecirse; es decir, que si se retiró el texto pactado, en el que se vislumbraba un cambio de orientación en la política fiscal del Gobierno, fue porque la contraparte no garantizó su sí al techo de gasto, antesala de los presupuestos generales, que se votan hoy.
El Ejecutivo podrá sacar adelante esta votación gracias a la abstención de Convergencia i Unió. En el mismo sentido votarán los parlamentarios del Bloque Nacionalista Galego y de Coalición Canaria. PP, PNV y los dos diputados de Izquierda Unida y de Iniciativa per Cataluña votarán en contra.
El Ejecutivo, según fuentes de la dirección del grupo parlamentario, había dado ya el visto bueno a lo acordado; lo que daría una pista de sus intenciones futuras. Rodríguez Zapatero apuntó en la sesión de control al Gobierno que será en otoño, durante el debate de las cuentas públicas, cuando se tomarán decisiones definitivas pero dejó claro que, a su juicio, hay margen para aumentar la presión fiscal, que es necesario hacerlo para cumplir el Pacto de Estabilidad presupuestaria y conseguir que el déficit no rebase el 3% en 2012 y que no tiene intención de hacer grandes reducciones de gasto.
El jefe del Ejecutivo señaló, de hecho, que es su intención mantener la inversión productiva «para que el país recupere su capacidad económica» y también la protección social. Con estas premisas marcó el camino para una futura subida de impuestos que, en todo caso, se produciría en 2010. Hace unos días, pasadas las elecciones europeas, se aumentaron las tasas sobre tabaco y carburantes. Y ya entonces el Gobierno prometió que no habría más retoques fiscales en lo que queda de año.