Las asociaciones de vecinos se unen para reclamar la presencia constante de Policía en sus barrios

La Flave y distintas entidades vecinales de la ciudad se han unido para reclamar la implantación de la Policía de Barrio en distintos núcleos de El Puerto. Pese a que en la última reunión del Consejo de Distrito de la Zona Centro el edil de Policía Local, Carlos Montero, informó de que se está intentando una colaboración con la Policía Nacional para poder instaurar la Policía de Barrio o una figura similar, los resultados no son aún visibles.

A la cabeza de esta reivindicación está la barriada de Los Milagros, cuya presidenta, Mercedes García, denuncia graves problemas de seguridad. Los representantes vecinales sospechan que «personas armadas deambulan con relativa frecuencia» por sus calles, por lo que piden que «por lo menos se patrulle con más asiduidad». Los problemas de inseguridad del barrio llegarán hasta al Defensor del Pueblo mediante un informe. La presidenta de los vecinos que, volvió a trasladarle ayer este problema a Montero, se muestra cada vez más decepcionada con estos encuentros con el equipo de Gobierno, puesto que «nos escuchan muy bien, pero no aportan soluciones». García explica que la Asociación ha presentado propuestas como estar representada en la Mesa de Seguridad o el intercambio de información con las fuerzas de orden público.

En la barriada de Sudamérica coinciden en que la llegada de la Policía de Proximidad sería «muy buena por su efecto disuasorio». La presidenta de sus vecinos, Milagros Muñoz valora «aquella experiencia piloto que vivimos hace unos años, cuando una pareja de agentes venía a la barriada y mantenía contactos con la asociación». Para que un proyecto similar pueda hacerse realidad, Muñoz estima necesaria «más coordinación entre los cuerpos policiales». El presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio Alto, Pedro Alamillos, también la considera «imprescindible». «La Policía debe conocer el barrio y a quienes viven en él», opina Alamillos.

Mientras trabajan en el asunto, la Concejalía de Policía Local responde que «los recursos son limitados» y que «la implantación de una policía de proximidad depende de la ampliación de la plantilla», algo que ya está en marcha.

La Consejería de Obras Públicas y Transportes ha puesto en servicio la nueva travesía de Jédula, que remplaza a la antigua carretera entre Arcos y Jerez. Así, ha dejado atrás su imagen de zona de paso, colapsada de vehículos y alejada de la vida de los vecinos. El resultado de la actuación, que ha contado con una inversión de unos tres millones de euros, ha sido la creación de un paseo con árboles y bancos con un bulevar central para peatones.

Este nuevo viario tiene una longitud de 1,5 kilómetros, 7,5 metros de ancho, y un carril de tráfico para cada sentido, aparcamientos y acerado. La transformación arrancó tras la puesta en servicio de la autovía A-382, la Jerez-Arcos, que permitió que el tráfico que discurría por la travesía se trasladara a la A-382.

La obra se enmarca dentro del plan para la mejora de la accesibilidad, la seguridad vial y la conservación en la red de carreteras de Andalucía que la Consejería ha puesto en marcha entre los años 2004 y 2013 y que está cofinanciado con fondos europeos.

Durante las obras se ha bajado el nivel de la calzada, lo que ha permitido suprimir el paso inferior y facilitar la intersección entre la calle Juan XXIII y la plaza de la Diputación a nivel. Además, ha terminado con la separación histórica de la barriada, dividida en dos por una carretera que se encontraba más alta que el resto de las calles. Además, se ha llevado a cabo una actuación experimental para usar materiales que permitan el ahorro de energía.