Una ceremonia a pleno sol
La colonia venezolana se vistió de gala para bautizar al Caribe y al Naiguatá
| CÁDIZActualizado:El bautizo del patrullero Caribe en el astillero de Puerto Real prometía a media mañana. La ceremonia era retransmitida en directo a Venezuela vía satélite. La banda del Tercio Sur de Infantería de Marina tomó posiciones a pie de muelle y comenzó el acto con los sones de la marcha Ganando a Barlovento mientras subían a la tribuna de autoridades los primeros invitados. Una larga alfombra azul conducía hasta la carpa situada frente al barco. Navantia no escatimó en recursos para explicar a uno de sus mejores clientes cómo se ha construido el barco. A través de una gran pantalla se dio todo lujo de detalles sobre la gestación del Caribe, desde que era un embrión en planos hasta su flotadura. El director del astillero, Fernando Miguélez, hizo las veces de padrino de ceremonia, junto al ingeniero jefe del programa José Luis Viguera. Al acto acudió el subdelegado del Gobierno, Sebastián Saucedo, el Delegado del Gobierno de la Junta, Gabriel Almagro, y la primera teniente alcalde de Puerto Real, la socialista Ana Mosquera. La misión venezolana destacada en Cádiz para seguir la construcción de los ocho barcos que ha contratado acudió al completo y con sus mejores galas. La madrina de este buque, Dinorah Villasmil de la Mata, se encargó de estrellar contra el casco del barco una botella de oloroso de la tierra Sangre y Trabajadera, minutos después de que el sacerdote echara el agua bendita.
Por la tarde, la ceremonia seguía en San Fernando, pero a pleno sol. Tocaba ahora bautizar al Naiguatá, el tercer barco de vigilancia que se construye en la Bahía para la Armada venezolana. La madrina era Ana Pura Blanco de Padrón, esposa del máximo responsable de la misión en Cádiz, el vicealmirante Gerson Padrón.