Fernández Ordóñez considera inevitables las fusiones y absorciones en el sector bancario
El gobernador del Banco de España precisa que no se prevén liquidaciones ni cierres de entidades
| COLPISA. MADRIDActualizado:El Gobierno está a punto de dar la señal de salida a un proceso de integración que cambiará radicalmente el mapa bancario español. No todos los bancos y cajas se van a salvar, en el sentido de que algunos serán absorbidos por otros, ni tras el plan de rescate puede quedar el mismo número de instituciones, advirtió el gobernador del Banco de España tras su comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso. Miguel Ángel Fernández Ordóñez aseguró que la inminente reestructuración del sector se llevará a cabo mediante fusiones «como poco», dando a entender que esa será la fórmula mínima. No están previstas, de partida, liquidaciones ni cierres. «En vez de actuar de una forma brutal, pretendemos afrontar el proceso de una manera más suave», tranquilizó.
Explicó el gobernador que, superada la primera oleada de la crisis financiera internacional, la recesión económica ya está afectando a las entidades de crédito españolas de menor tamaño. La mayor morosidad -que va a seguir aumentando- y el deterioro de la actividad presionarán sobre los resultados, aunque ese impacto será muy diferente según las entidades. Las grandes, de negocio muy diversificado, lo tendrán menos complicado.
«Zombis»
«No es bueno tener instituciones zombis», añadió, para justificar que el Banco de España pidiera al Gobierno un instrumento especial de actuación, tras llevar a cabo con carácter de urgencia la intervención en Caja Castilla-La Mancha. Se trata del Fondo para la Reestructuración Ordenada del Sistema Bancario (FROB), que el Ejecutivo quiere aprobar en el Consejo de Ministros del 26 de junio. Existe consenso básico entre el partido que apoya al Gobierno y el PP para sacar adelante esta iniciativa que, en esencia, pretende ahorrar dinero al contribuyente fomentando que el rescate de bancos y cajas con problemas lo lleven a cabo otras entidades. Si hiciera falta dinero, se recurrirá en primera instancia a los Fondos de Garantía de Depósitos dotados por el propio sector. Hasta aquí, el marco de estas operaciones será el que ya existe, y la competencia de las comunidades autónomas sobre las cajas de ahorro no se verá afectada. La fricción se producirá en aquellos casos en los que se recaben recursos públicos. En las cajas, esta aportación se llevará a cabo mediante canje por cuotas participativas con derechos políticos, que podrán revertir a la entidad cuando se reintegren las ayudas, o ser adquiridas por terceros. Y, finalmente, el Gobierno y el Banco de España defienden que la Ley de Disciplina de las Entidades de Crédito confiere al organismo supervisor la decisión última en una entidad intervenida. En esa situación, una comunidad autónoma no podría vetar el rescate de una caja de ahorros de su ámbito por otra de distinto territorio.
Los portavoces de Convergencia i Unió, Josep Sánchez Llibre; del PNV, Pedro Azpiazu, y de ERC, Joan Ridao, comunicaron una vez más al gobernador su rechazo a cualquier injerencia en las competencias autonómicas. Para Azpiazu, que la ley de Disciplina prime sobre los estatutos «es un atropello que no se debe permitir», y tampoco admitió que, en situaciones extremas, el fin (del rescate bancario) justifique estos medios (la infracción de las reglas del juego). Sánchez Llibre, otro defensor de las competencias territoriales, pidió además al supervisor «que sea generoso y realista» en los plazos que se concedan a las autonomías para cumplir los compromisos asumidos en los planes de viabilidad de las entidades.