«Ya no se puede aprender del cine, es muy complicado experimentar»
Las salas españolas estrenan este viernes 'Tetro', la última cinta de Coppola, una historia sobre la familia y la inmigración
| COLPISA. MADRIDActualizado:«Ya no se puede aprender del cine. Es muy complicado experimentar porque las películas son muy caras», advirtió el gran Francis Ford Coppola en el fugaz viaje que hizo a nuestro país el pasado mes de mayo. Tras presentar su nueva obra, Tetro, en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, el voluminoso director de la saga El Padrino y Apocalypse Now hizo escala en Madrid con su esposa Eleanor y, mientras ella promocionaba su libro Notas sobre una vida, él hacía lo propio con esta historia sobre la familia y la inmigración protagonizada por el norteamericano Vincent Gallo, el joven debutante Alden Ehrenreich y nuestra Maribel Verdú.
En Tetro, que se estrena el próximo viernes, Coppola se mueve en historias y relaciones que ha abordado en sus películas anteriores y, de nuevo, lo hace lejos de los estudios de Hollywood.
«Es como si tuviera veinte años -tiene setenta-. Hubiera preferido hacer filmes de emociones y seguro que el público también, pero mis primeros filmes contenían ideas filosóficas de las que yo quería aprender. Tetro es más de emociones que de ideas porque hay amor, dolor, odio...», apuntó.
Rodada en blanco y negro, en Buenos Aires y la Ciudad de la Luz en Alicante, Tetro es la respuesta «a una serie de preguntas sobre mi vida que no había entendido y no tenía resueltas. No es autobiográfica, pero sí hay elementos de mi vida. Yo también tengo un hermano cinco años mayor que yo, pero el mío es maravilloso, siempre me llevaba a todas las partes. Todo lo que sé y amo lo aprendí de él. A pesar de lo bien que se portaba conmigo, nuestra relación era difícil y, hasta ahora, no sabía por qué, mi padre -el compositor y director musical Carmine Coppola- era adorable, pero mi padre espiritual es mi hermano», confesó.
En activo, esta leyenda del celuloide dice que las grandes producciones que ha filmado «también han sido historias personales» y que ahora no puede hacer el cine de antes «porque no tengo dinero para contratar a estrellas. Además, los estudios siempre quieren lo mismo: superhéroes, thrillers, venganza... Cosas previsibles, y yo no sé hacer ese tipo de películas-fórmula. Afortunadamente, soy lo suficientemente rico para financiarme cada dos años mi propio proyecto», reconoció.
Dijo sentir «gran admiración» por los jóvenes directores estadounidenses. «Hay una docena de profesionales a los que les encanta el cine, tienen talento y luchan contra la falta de apoyo financiero, se resisten a quedarse atrapados en los sistemas económicos de Hollywood -dio varios nombres, entre ellos el de su hija Sofía-. También hay directores muy competentes en Europa y en Argentina», manifestó el autor de Drácula.
Rechazado
De origen italiano, este conocido profesional nacido en Detroit hizo memoria. «El cine es un medio muy joven. Cuando empezó nadie sabía cuál iba a ser el lenguaje, cómo se contarían las historia con fotogramas, por eso el público iba
a ver cualquier cosa. Poco a poco se fue sofisticando, se empezó a investigar y cuando llegó el sonido se vio que podía ser un gran negocio. Desde entonces, se empezaron a prohibir muchas cosas, hasta ver la televisión. Todo lo que no se pareciera a algo que ya había tenido éxito, estorbaba», aseguró.
En una industria que necesita éxitos, Coppola es toda una leyenda, algo que le confunde «porque mi experiencia, después de El padrino, ha sido la de ir de fracaso en fracaso. Ahora, veinte años después, me dicen que eran historias maravillosas. No sé qué pasará con las últimas, no viviré lo suficiente para conocer la auténtica verdad. Siempre me he sentido rechazado y todos queremos ser aceptados», comentó.