Trichet exige a España una reforma laboral y le pide que cierre ya el grifo de las ayudas
El presidente del Banco Central Europeo considera que el precio oficial del dinero en la zona euro en el 1% «es el adecuado» en este momento
| COLPISA. MADRIDActualizado:El presidente del Banco Central Europeo, que estuvo ayer en Madrid, instó a España a emprender una nueva reforma laboral, con abaratamiento del despido y moderación de los salarios, y le aconsejó aplicar «lo más rápidamente posible» las ayudas que ya ha decidido, tanto incentivos fiscales al relanzamiento de la actividad como apoyos al sector financiero para su recapitalización y saneamiento. Conminó al Gobierno a «no endeudarse más» porque ya ha llegado «demasiado lejos» y le advirtió de que la herencia del déficit público llegará a pesar sobre generaciones futuras.
Jean-Claude Trichet, que en una precedente visita a España anunció una rebaja de tipos, declaró esta vez que el precio oficial del dinero en la zona euro, ahora en el 1%, ya es «el adecuado» para estos momentos. No cabe esperar un nuevo recorte en la próxima reunión del órgano de gobierno del BCE, y los analistas tampoco confían en modificaciones en el medio plazo.
El responsable de la política monetaria de la zona euro, que pronunció una conferencia en el Foto Nueva Economía, se mostró muy cuidadoso y atribuyó sus recomendaciones «a todos los países, y no sólo a España». Trichet piensa, como el gobernador del Banco de España ha propuesto en numerosas ocasiones, que el mercado laboral necesita eliminar rigideces. Defiende que la negociación colectiva debe adaptarse a las circunstancias de cada empresa, lo que «ayudaría al crecimiento del empleo». Sugirió que los salarios han de evolucionar desvinculados de la trayectoria de los precios y urge evitar que el coste de la protección laboral sea «excesivamente oneroso» para los empresarios si se quiere conseguir un mercado laboral más dinámico.
Todo ello con el objetivo de recuperar la competitividad de la economía, afectada por los riesgos de la crisis global del sector financiero y, en el caso de España, por el importantísimo peso que llegó a alcanzar la construcción en su sistema productivo. Los años de bonanza se tradujeron finalmente en un diferencial de inflación, y en un incremento relativo de los costes laborales en comparación con el resto de la zona euro, evocó. En su opinión, «las circunstancias difíciles que atravesamos no deben paralizar las reformas estructurales, sino todo lo contrario».
La otra asignatura pendiente del Gobierno español, y del resto de los Ejecutivos comunitarios, es la preparación de la vuelta a la sostenibilidad de las cuentas públicas. El mensaje de Trichet fue muy directo: «apliquen cuanto antes las decisiones ya adoptadas y no añadan nada más». «La confianza de los hogares y de las empresas, que es la clave de la recuperación, depende de la rapidez con que se pongan en marcha las actuaciones que ya hemos acordado».
El Banco Central Europeo, aseguró, cumplirá con su cometido. «Los ciudadanos pueden estar tranquilos y contar con nosotros, porque (cuando la economía se recupere) mantendremos el crecimiento de los precios por debajo del 2%», comprometió.
Permanecer alerta
Trichet coincidió con otros organismos financieros internacionales en la percepción de que la caída de la actividad podría ser algo menos intensa en los últimos meses, pero invitó a no bajar la guardia ni un momento. «Aunque vemos los primeros indicios de debilitamiento de la desaceleración económica -dijo- debemos permanecer alerta», porque aún persiste la fase bajista de una recesión que ha resultado ser la más profunda después de concluida la Segunda Guerra Mundial. Todavía navegamos por «aguas turbulentas y desconocidas», sentenció, y en cualquier momento otro episodio de turbulencias financieras podría quebrar el frágil equilibrio presente.
Consideró la reestructuración del sector financiero un «factor muy importante» para la recuperación. «Necesitamos sistemas más resistentes, que aguanten mejor los choques y tensiones», dijo, y abogó por el saneamiento del sistema como condición necesaria para que las entidades puedan prestar dinero con normalidad. Previamente, el presidente del Banco Central Europeo había explicado de forma detallada la forma en que la institución consiguió hacer frente a la extraordinaria sequía del crédito que siguió al colapso de Lehman Brothers en septiembre del pasado año.