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Italia vota en pleno cerco a Berlusconi
Escasa participación en la primera jornada de la consulta para la reforma electoral
Actualizado: GuardarItalia volvió ayer a las urnas, hasta las tres de la tarde de hoy, en un clima enrarecido por el nuevo escándalo que sacude al primer ministro, Silvio Berlusconi, y sin que se sepa bien su efecto en el voto. Se trata de la segunda vuelta de las provinciales y municipales de varias zonas, donde se vota sobre todo en clave local, pero que en conjunto forman un campo de batalla general entre Gobierno y oposición, con plazas importantes en juego, como los ayuntamientos de Florencia y Bolonia o las provincias de Milán y Turín.
La primera vuelta, con las europeas de hace dos semanas, fue un triunfo para Berlusconi y sirvió para aparcar el escándalo de entonces, el 'culebrón de Noemi Letizia', la joven de 18 años que frecuentaba el magnate y cuyas relaciones nunca aclaró. Ahora se espera otra victoria del centro-derecha, pero el nuevo caso de las fiestas con prostitutas del primer ministro está sólo al principio. Ayer emergieron nuevos detalles y una tercera mujer confirmó la historia de la velada en casa de Berlusconi que éste niega.
Pero hay más. Con escasa publicidad y pocas esperanzas de éxito, se celebra un referéndum que, en realidad, podría dar un vuelco al sistema político: plantea un cambio en la asignación de escaños en las elecciones generales, en sustitución de la célebre 'ley cerdada' de Calderoli, diseñada expresamente para evitar un Gobierno de centro-izquierda. Daría automáticamente la mayoría de escaños al partido más votado para forzar un bipartidismo y acabar con el poder de chantaje de los pequeños partidos en las coaliciones, histórico lastre para la gobernabilidad. Por eso hay tantos interesados en que fracase, pues debe alcanzar un 'quórum' del 50% más uno, unos 25 millones de votos, para ser válido. Al mediodía de ayer la afluencia era muy baja, el 4%.
La Liga Norte, por ejemplo, que con un 10% de los votos es socio del actual Ejecutivo y condiciona notablemente la política de Berlusconi, ya no pintaría nada. Lo mismo ocurriría con todos los partidos medianos y pequeños que han marcado la política de los últimos años: la UDC democristiana de Casini, los comunistas, los verdes, Di Pietro... Todos están en contra. Están a favor, naturalmente, el PDL de Berlusconi y Fini, que con ese sistema gobernaría en solitario, y el PD, que nació con la idea de ser un gran bloque único de centro-izquierda capaz de ser la alternativa al 'Cavaliere'. No obstante Berlusconi, amenazado por la Liga Norte, ha tenido que colocar el referéndum en la peor fecha posible, para que la gente fuera a la playa -aunque ayer llovía- y no ha hecho campaña. Dentro del PD, en crisis de identidad, tampoco están todos a favor, porque muchos creen que se derrumbará y piensan en el después. En resumen, nadie habla del referéndum.
Una novedad que asusta
Lo que en cualquier país parece normal, el Gobierno estable y sereno de un solo partido, en Italia, acostumbrada a la fragmentación del poder, al reparto de prebendas, a los pactos y equilibrios de fuerzas, a cambiar de Ejecutivo cada seis meses con alianzas de hasta nueve formaciones, es una novedad que asusta.
Muchos creen que es un riesgo entregar el poder a una sola persona, y más si es probablemente Berlusconi, que vería ampliada su hegemonía. Los italianos ya han cambiado dos veces la ley electoral por referéndum, en contra del parecer de la clase política, en 1991 y 1993, pero el país estaba muy sensibilizado en pleno cataclismo del escándalo de Manos Limpias. El resultado de hoy indicará cómo ven ahora la situación.