
Las constructoras medianas piden a Fomento igualdad frente a las grandes
Le reclaman contratos inferiores a 50 millones que les permitan competir con los gigantes del sector de la obra pública
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarLas constructoras medianas, con una plantilla media de 250 empleados y toda la experiencia y capacidad para afrontar la obra pública, no se quieren quedar atrás en la carrera por los contratos que prepara el Ministerio de Fomento como antídoto contra el paro.
El presidente de la patronal de estas empresas (Aerco), Javier Sáenz Cosculluela, reclama a José Blanco «más competencia» en las licitaciones de su departamento, y sugiere que, por regla general, los proyectos se dividan en 'paquetes' con un valor máximo de 50 millones de euros.
Algo que permitiría a los asociados de Aerco optar a buena parte del 'pastel' de las nuevas infraestructuras, al poder asumir financiaciones de ese volumen frente a los gigantes del sector, con más músculo financiero y poder de negociación ante la banca. «Somos puntuales y competentes, la planificación debe responder a intereses generales, no empresariales», dice el responsable de Aerco.
En los últimos días, los grandes del negocio (agrupados en Seopan) se han ofrecido a pagar obras por valor de miles de millones, lo que ha disparado las alarmas en las empresas más modestas, que advierten que si el Estado concede avales a través del ICO para afrontar el pago de infraestructuras «el apoyo debe ser para todos».
No hay temor, dice Sáenz Cosculluela, quien, eso sí, pide a Blanco que «trate amorosamente a quienes ejecutan las obras». Una forma de subrayar el papel esencial como generadores de empleo de los constructores medianos frente a los grandes, que por regla general se convierten en enormes subcontratistas. Aerco asegura que sus empresas generan tres veces más empleo que sus competidores del Ibex 35.
Y es que como apunta el presidente de esta patronal, no es impensable que quien vaya a financiar grandes trabajos tendrá la «tendencia» de hacer valer sus criterios. Algo que, advierte, suena a «autoadjudicarse» los proyectos. «Me preocupa más cómo nos vamos a manejar durante, que después de la crisis, hacia dónde señala la brújula durante la tempestad que vivimos», añade.
Autonomías morosas
El presidente de Aerco asegura que la licitación de obra pública, que hasta abril cayó un 70% interanual en el Ministerio de Fomento, no levanta cabeza: «sigue muy mal y el Estado tiene escaso margen para cambiar la tendencia y pocos proyectos en su última fase». Junto a esto, advierte, el déficit del Estado supone una losa considerable a la posibilidad de que las arcas del país se puedan endeudar más para afrontar nuevas obras.
Sáenz Cosculluela afirma que al frenazo en la licitación, habitual -señala- tras un cambio de ministro, se suma una oleada de impagos por parte de algunas administraciones regionales. Hasta ahora, las autonomías no eran demasiado malas pagadoras; no como los ayuntamientos, de los que tradicionalmente cuesta bastante más cobrar lo contratado.