Imagen del chiringuito Reina Sofía situado en el puerto de Cádiz. / FRANCIS JIMÉNEZ
Ciudadanos

El turismo confía en mantener este verano el mismo empleo y ocupación que en 2008

El sector generó cerca de 10.000 puestos de trabajo la pasada temporada estivalLos hosteleros cuentan con la compra de paquetes vacacionales en el último momento

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La economía gaditana es un boxeador noqueado. Antes, la economía mundial, europea y española han besado sin excepción la lona de la recesión. Pero, lo que son las cosas, el púgil nacido en Cádiz puede fijar la mirada entre la miríada de luces de colores que sólo ve desde que le lanzaron el último gancho. No, no son brotes verdes, sino un puñado de fuerzas de flaqueza. El último suspiro o el primero para seguir peleando tiene nombre de turismo.

Mientras que su efecto se deshilacha en el resto del país, en la provincia resiste y, según el sector, la sensación es que las fuerzas aguantarán en verano y que se repetirá los resultados del combate de hace un año. Miles de personas esperan su contrato en verano y no en pocas ocasiones viven de ello el resto del año. Si se comparan los datos de afiliación a la Seguridad Social entre un mes de enero y uno de julio (los de 2008, para no irnos a épocas doradas), la diferencia ronda las 10.000 personas entre las 26.000 que trabajan en esta actividad a principios de año y las casi 36.000 que lo hacen en julio. 10.000 puestos de trabajo en una provincia anquilosada por el exceso de funcionariado (la que más tiene de España) y la plana densidad empresarial (de las menores del Estado) son muchos. Como seis Delphi, por ejemplo.

De la buena salud del empleo de estas 10.000 personas depende en buena medida que el boxeador siga en el suelo derrotado o piense en levantarse y, por lo tanto, Cádiz pueda empezar a vislumbrar la salida con cierta ventaja.

O quizá no tanto: «Estamos en una provincia con un mercado laboral nítidamente influido por la estacionalidad que fija este sector, con lo que en los próximos meses se notará su efecto, pero habrá que preguntarse qué ocurrirá a su término», sentencia Javier Fernández, gerente del Colegio de Economistas de Cádiz. Para él, cualquier mejoría será pasajera e incluso habrá efectos perversos una vez que se marche el calor.

Efecto multiplicador

Suena a pesimista. Sin embargo, su hipótesis no es tan descabellada. Según los dos principales sindicatos, Comisiones Obreras y UGT, esta temporada se está recurriendo a los fijos discontinuos (personal al que se recurre cada verano para cubrir sólo la temporada alta) más tarde de lo habitual y hay cierta sensación de postergar la toma de decisiones. Antonio de María Ceballos, presidente de la patronal hostelera, Horeca, admite que «aún falta la contratación más importante porque los empresarios están esperando a que se concreten las ocupaciones para julio y agosto». Hoteles y restaurantes, entretanto, advierten de la verdad inamovible de que «este año no habrá lleno en el mes de agosto».

¿Y cuándo se sabrá algo tangible? «Hasta finales de la semana que viene», responde Antonio de María, que recuerda que en tiempos como los actuales «el consumidor espera hasta última hora antes de pagar sus vacaciones y, en este caso, hasta que no se den las notas del colegio los padres no tomarán la última decisión». Prudencia y paciencia desde una parte contratante que, aun temiéndose lo peor, espera repetir los mismos resultados que el verano pasado. En lo que va de año, y a raíz de los pequeños avances de grandes ocupaciones (Carnaval, Semana Santa, Motorada), la conclusión es que cuando llega el momento de hacer las maletas Cádiz es una opción en alza.

Es decir, en líneas generales se nota el frenazo (las pernoctaciones totales han bajado, según el Instituto Nacional de Estadística, un 14% entre enero y abril de este año en la provincia); después, en los pequeños tramos vacacionales el destino gaditano supera en 14 puntos la ocupación media en España (así ocurrió en Semana Santa), la Motorada colgó el cartel de completo en la planta hotelera de la Bahía y el Carnaval tocó el 90%.

Un par de avisos

«Las expectativas no son tan malas y no hay que ser tan catastrofistas porque muchos nos tememos que los empresarios aprovecharán para ajustar costes a través del empleo», advierte el responsable provincial de la sección de turismo de UGT, Francisco Andreu. «Van a apurar al máximo con la excusa de que no hay reservas, no van a coger a nadie y cuando vengan todos los visitantes aguantarán con lo que tengan», conviene Juan Pery, de CC OO.

Y a mitad de camino entre sindicatos y empresarios, otra compañía como Adecco, especialista en trabajo temporal, que está habituada a gestionar contingentes de profesiones muy veraniegas. La semana pasada, la firma alertó de que el desplome de la contratación en verano iba a ser del 50%. «En Cádiz no será tanto porque estamos notando movimiento procedente del turismo», matiza Natalia Freire, responsable de la delegación gaditana de la firma. «En todo lo demás la paralización es casi completa, pero se puede decir que la provincia se comporta mejor que otras», insiste.

Por encima de unos y otros queda la Administración. El consejero de Turismo, Luciano Alonso, vaticinó el jueves que el verano será bueno y que Andalucía y Cádiz partirán con el empujón que supone ser un destino nacional y accesible. El delegado provincial de Empleo, Juan Bouza, prefiere no entrar de lleno en las posibilidades reales del sector y se queda en que «los datos de los últimos meses revelan que nuestros planes y medidas están teniendo una cierta eficacia en sectores como la construcción y otros; esperamos que la situación económica vaya mejorando y se contenga el desempleo».

La estadística sentencia

Más arriba de todos los anteriores brilla la estadística. El INE cifró en 6.365 las personas que ocupaba el turismo hotelero (sin incluir a restaurantes y otros derivados) en Cádiz durante este abril. Un año antes fueron 6.335, con lo que parecería que se calcan los resultados si no fuera porque este año la Semana Santa se celebró en abril frente al marzo de 2008.

Con todo, no está nada mal la resistencia. Las afiliaciones a la Seguridad Social de mayo ahondan en las vibraciones positivas. Según el Ministerio de Trabajo, había 23.859 gaditanos cotizando al régimen general bajo el epígrafe de hostelería (además de otros 6.847 autónomos dedicados a ello). Un año antes el volumen era de 25.424 y 6.844 y en el ejercicio récord de 2007, de 24.489 y 6.818, respectivamente. Lo que arroja una reducción no tan significativa y dan alas a los optimistas.

Porque finalmente están los datos de contratación, que abundan en la esperanza. Ahora las cifras proceden del Servicio Andaluz de Empleo, que contó 5.648 contratos firmados en la hostelería en mayo de 2008 y 4.958 este mayo (5.069 frente a 4.999 en abril). De unos años a esta parte, la contratación que genera la hostelería ha crecido, de forma que en 2006 suponía el 10% del total, en 2007 el 11% y en 2008 el 12%. Entre mayo y abril la cifra llega al 14%. Finalmente, el paro registrado truncó una racha de 20 meses consecutivos al alza gracias al comportamiento especialmente relevante del sector servicios en abril y mayo. Junio y julio deberían provocar que el aire a favor continúe.

La hora de la verdad para el boxeador noqueado ha llegado. ¿Se levanta para caer a la primera brisa del otoño o es el principio de la recuperación? «El turismo es importante, pero puede que no sea suficiente porque vamos a estar en una situación adversa durante varios años más», apunta el gerente del Colegio de Economistas. La batalla no ha hecho sino comenzar.