Irlanda consigue de la UE todas sus exigencias
La cumbre reconoce un que aclarará los asuntos que preocupan a Dublín
| CORRESPONSAL. BRUSELASActualizado:Irlanda se ha salido con la suya. Para facilitar la celebración de un segundo referéndum sobre el Tratado de Lisboa en el que el esta vez el 'sí' tenga posibilidades de salir adelante, la cumbre europea de Bruselas aceptó ayer publicar un Protocolo que será añadido al Tratado, en el que, a título de aclaración y «para calmar las preocupaciones del pueblo irlandés», se manifestará que el nuevo ordenamiento de la UE no interferirá de ninguna manera con una serie de temas que, según el Gobierno de Dublín, son claves para garantizar el apoyo de la población al nuevo Tratado. Entre ellos están comprendidas cuestiones como el aborto, el derecho de familia, la independencia fiscal, la neutralidad militar o la pervivencia del comisario por estado miembro en el Ejecutivo de la UE.
Ni una sola de esas materias, salvo la remodelación de la Comisión, es materia del Tratado de Lisboa, que no contempla imponer el aborto a un país en el que no existe, o quebrar su neutralidad pero, al decir del Gobierno irlandés, el público estaba confundido al respecto y necesitaba clarificaciones. La cumbre pasó por alto el reconocimiento implícito de incompetencia subyacente en el planteamiento del primer ministro irlandés, Brian Cowen, y aceptó el Protocolo que será aprobado cuando se someta a ratificación de los estados miembros un nuevo Tratado de Adhesión, probablemente el de Croacia y en 2010. «Su contenido -manifiestan las conclusiones de la cumbre- será plenamente compatible con el Tratado de Lisboa y no requerirá ratificación adicional».
El acuerdo sobre la modalidad jurídica de las garantías irlandesas fue posible tras una negociación bilateral de Cowen y Gordon Brown. El británico era el más reticente a la fórmula, temiendo un efecto contagio en su país y en otros que no han completado el proceso de ratificación, como Polonia o la República Checa.
Hartazgo
En las cesiones del Consejo Europeo ante Irlanda subyace el hartazgo de la UE por el conflicto institucional que se arrastra y que, en teoría, el Tratado de Lisboa debería resolver. Esa misma razón es la invocada para reconducir a Barroso al frente de la Comisión Europea: el Consejo considera que el portugués representa la estabilidad en momentos como los presentes, de particular dificultad. Lo reconocía el primer ministro checo, Jan Fischer, al hablar de la reelección de Barroso. «Queremos que se produzca lo antes posible», dijo. Barroso afronta una difícil negociación con el Parlamento Europeo para obtener la investidura en julio. Los socialistas se han embarcado en una operación de rechazo al candidato, buscando desbancar del liderazgo de la operación a los verdes de Daniel Cohn-Bendit. Ayer mismo, el líder socialista en la Eurocámara, Martin Schulz, consideraba la decisión de la cumbre sobre Barroso «indecentemente acelerada» y anunciaba su voto en contra.
Esa decisión entrañaría la renuncia de los socialistas a compartir mandato de presidencia con el PPE, y les abriría la puerta a los liberales que lidera Graham Watson, que se ha declarado convencido de que el acuerdo de su grupo con el PPE es perfectamente posible. La cumbre cerró los acuerdos previstos sobre supervisión financiera, con grandes concesiones a Londres para posibilitar el consenso. Se crearán en la UE las dos entidades supranacionales de supervisión, pero la presidencia del Comité de Riesgos Sistémicos no estará reservada al presidente del Banco Central Europeo (el Reino Unido no forma parte del euro), sino que será elegido entre los miembros del Sistema Europeo de Bancos Centrales. Y la nueva figura de los Supervisores Financieros podrá dictar normas comunes, pero sus decisiones no afectarán a las competencias presupuestarias.
protocolo
añadido al Tratado