Un brindis con cerveza

La plaza de Mina estaba ayer a mediodía como los tendidos de sol y sombra. Los vecinos que cruzaban para ir a San Antonio lo hacían en diagonal buscando el fresco. En mitad de la plaza, María José paseaba a su hijo y sabía que algo gordo se cocía en el Museo Provincial porque había policías y mucho enchaquetado en la puerta. Su intuición no le falló. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, llegaba para firmar el convenio del nuevo hospital y, al mismo tiempo, lo hacía la consejara de Economía, Carmen Martínez Aguayo, y el consejero de Vivienda, Juan Espadas. Minutos antes entró la consejera de Salud, María Jesús Montero, y el titular de Gobernación, Luis Pizarro.

María José y un grupo de parados no perdieron la ocasión para reivindicar ante Griñán un puesto de trabajo. La bolsa de empleo de las últimas contrataciones públicas del Ayuntamiento de Cádiz ha terminado y no hay más renovaciones. Griñán tomó nota.

El salón de actos del Museo Provincial se encontraba a rebosar. No faltó nadie a la cita. En los primeros bancos se sentaron la alcaldesa, Teófila Martínez, el subdelegado del Gobierno, Sebastián Saucedo, la diputada socialista Mamen Sánchez, y el vicepresidente Segundo de Diputación, Federico Pérez Peralta. Entre los invitados estaba el rector de la UCA, Diego Sales, el presidente de la Cámara de Comercio, Ángel Juan Pascual, el presidente de Horeca, Antonio de María, y el presidente de la Mancomunidad de la Bahía, Felipe Márquez. El acto fue breve, pero intenso. Griñán no paró de recibir felicitaciones, abrazos y besos. En el exterior, el diputado Rafael Román, despedía a algunos miembros de la comitiva bajo la sombra de los árboles, al tiempo que el nuevo delegado de Justicia, Domingo Sánchez Rizo, recibía la enhorabuena de sus compañeros por estrenar cargo.

El presidente abandonó a pie el Museo y optó por dar un paseo por Cádiz antes de salir para Sevilla. Le acompñaban el ex delegado del Gobierno en Cádiz y ahora viceconsejero de Gobernación, José Antonio Gómez Periñán, la presidenta del Consorcio de Las Aletas, Juana Lázaro, y el delegado de Zona Franca, José de Mier. El grupo acabó en la Trastienda de José Mari, en el corazón de la calle Santa Inés. Allí brindaron por el éxito del hospital entre antigüedades y reliquias. El aparetivo fue una ración de anchoas con cereveza de botellín. Lo mejor para el calor.