En libertad, pero controlados y sin poder salir de España

El titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, explicó ayer que los internos de Guantánamo que recalen en España disfrutarán en la península de un sistema de acogida «similar» al que se aplicó a los tres activistas palestinos de Al Fatah y Hamás que fueron repatriados en 2002 después de participar armados en un encierro en la Basílica de la Natividad de Belén.

Aquellos refugiados, tras una larga negociación internacional en la que participó el propio Miguel Ángel Moratinos, fueron ubicados en una casa forestal de Soria bajo una estricta vigilancia policial.

El ministro explicó que los prisioneros de Guantánamo serán sometidos a un «sistema de vigilancia y observación», por lo que no serán «ningún peligro» para la ciudadanía a pesar de disfrutar de cierta libertad de movimientos. Según fuentes de la negociación, la mayor limitación será la prohibición de abandonar España.

El Ministerio del Interior ya busca un alojamiento seguro para los futuros internos repatriados y que, sobre todo, pueda ser controlado con garantías por un número no excesivo de funcionarios.

Este Ministerio también será el encargado de estudiar la posibilidad de que los presos puedan acogerse al asilo político. Este estatuto, aseguran fuentes de la negociación, sería el ideal, ya que ayudaría en su subsistencia económica y no obligaría a conceder a los ex reclusos pasaporte alguno, con lo que, en teoría, no podrían salir de España.