Políticos de laboratorio
Bernat Soria y Vidal-Quadras, moderados por Vargas Machuca, debaten en la UCA sobre la participación de los científicos en política
| CÁDIZActualizado:Vidal-Quadras y Bernat Soria tienen una sola cosa en común: su formación científica. Todo lo demás, incluyendo su percepción de lo político y, por supuesto, el cuerpo ideólogico y moral sobre el que lo sostienen, parece condenarles al desencuentro. Ambos se enfrentaron ayer desde perspectivas muy distintas al reto de debatir sobre el papel de los científicos que aceptan fichar por un partido, sobre las particularidades de sus métodos y la raíz de sus motivaciones.
Vidal Quadras optó por una ponencia en la que desgranó las que, a su juicio, son las cuatro grandes aportaciones que los científicos pueden hacer para mejorar la vida política. El parlamentario europeo admitió haber elaborado el texto como «un ejercicio útil para reparar los estragos de la última campaña electoral», aunque en su tono cáustico y combativo no parecía haber ningún resto de resaca. «Lo primero que aprende un hombre de ciencia es que los avances importantes nacen del desacuerdo. Por lo tanto, nunca se pretende eliminar al discrepante ni se actúa para limitar su capacidad de crítica, aunque se rebatan sus argumentos. Desde ese punto de vista, en política yo no aspiro a la desaparición del PSOE, porque su acoso nos estimula y nos mueve, y sus errores realzan nuestros aciertos».
En segundo lugar, los científicos se guían por la «racionalidad» y priorizan lo «razonable sobre cualquier otro interés pasajero». Así, «no tiene lógica que tanto PSOE como PP negocien con partidos independentistas, que aspiran a la desaparición de España. Es un absurdo dar aire a quien pretende destruir el proyecto en el que trabajamos». Para el popular, «Zapatero no persigue la verdad, que es otro de los grandes objetivos de la ciencia, y sólo así se entiende que no quiera cerrar Garoña, negar una crisis galopante o decir que un feto no es humano». Finalmente, recalcó que «un científico nunca hace tabla rasa de teorías anteriores, sino que intenta aprovechar lo que de bueno haya en ellas para su propio trabajo», lo contrario que ha hecho el PSOE «con el legado de los gobiernos populares».
Bernat Soria basó su intervención en su experiencia como ministro. «Entiendo la política como un compromiso con lo público, que puede ser vital o circunstancial», afirmó. «Por eso agradecí mucho a Zapatero que me nombrara ministro, pero le agradecí doblemente que me cesara. Lo que hice, en cierta forma, fue sólo un máster en alta gestión», ironizó.
Soria, que glosó las ventajas de abordar los problemas mediante «una aproximación sistemática, como hacemos en el laboratorio» también bromeó con lo que ese paréntesis de dos años supuso para su trayectoria como investigador: «Poca gente ha perdido toda su credibilidad tan rápidamente como perdió yo».