Felicidades, Jerez
Actualizado: GuardarEscribía, hace ahora quince días, estas líneas dedicadas al que entonces se antojaba como más que previsible (aún no lo era matemático) ascenso del Xerez a primera división; ascenso que, no hace falta incidir más en ello, ya se ha hecho matemático. El ascenso ya es oficial, ya es legal, e incluso cuenta con todos los beneplácitos ciudadanos, incluido el del nuevo Obispo de Jerez, quien en la Basílica de la Merced se mostraba satisfecho por ser, en tan corto espacio de tiempo, un Obispo de primera. Por ello estas líneas nacen con un doble objetivo: De un lado, el de felicitar en general a todos los vecinos de esta ciudad, así como a los de cuantas poblaciones cercanas se sientan satisfechos porque nuestro equipo está en primera.
Entre ellos, expresamente no quiero olvidarme de los vecinos de Jédula (con pancarta de apoyo en Chapín incluida), así como de Arcos y Sanlucar, entre otros, pues desde estas ciudades se desplazaron muchos aficionados a presenciar el ascenso. Esta felicitación general, debo hacerla de forma particular hacia quienes desde siempre vienen siguiendo al Xerez, incluso en los peores momentos de juego o cuando el equipo ha ocupado los puestos más bajos de la tabla clasificatoria. Personas que sienten en azul y blanco, aficionados en definitiva, que no dudaron en seguir por toda la ciudad al autobús descapotable; no se desanimaron por esperar en la plaza del Arenal, aunque el autobús llegara mucho más tarde de lo previsto e, incluso, este pasado domingo, con la que estaba cayendo climatológicamente hablando, cambiaron el frescor de las playas de la provincia por el calor humano y ambiental que se vivía en los aledaños del Ayuntamiento de nuestras ciudad. Y de justicia es, igualmente, enviar las felicitaciones más especiales hacia los integrantes de los diversos colectivos y peñas del Xerez, que han dado una auténtica lección de pundonor, de bien estar, de señorío y caballerosidad en todo momento. Dijeron que no saltarían al estadio y, efectivamente, nadie lo hizo. Pero ahí no quedó la cosa, pues alentaron al equipo, primero desde las gradas y posteriormente por toda la ciudad, lo animaron, le aplaudieron, le cantaron y corearon sus nombres, con cuantas coplas e himnos, improvisados o no, acudían a las gargantas de estos aficionados.
Pero como todas las monedas tienen dos caras, la del ascenso del Xerez también ha tenido su cruz, que quiero personalizar en distintos momentos vividos este fin de semana. De entrada, mi más sincera repulsa hacia Televisión Española que, tras destacar el gran ambiente en Tenerife y Zaragoza a raíz del ascenso (en ambos campos los aficionados invadieron el terreno de juego), hablaron de nuestra ciudad centrándose en los supuestos incidentes vividos la madrugada del domingo. Para ello la televisión se valió de unas imágenes donde se veía a un grupo de personas que charlaban -tal vez discutían - con algunos policías. Afortunadamente en Jerez no se quemaron contenedores o se destrozaron lunas de escaparates -como ocurrió en Barcelona-, pues no quiero imaginar las lindezas que nos habría dedicado la televisión pública.
El otro comentario negativo se lo reservo a mi entrañable ex alcalde de Jerez quien, en medio de la alegría generalizada, así como de las manifestaciones multitudinarias de afecto, se descolgó con unas palabras invitando al máximo accionista del equipo a marcharse a Dos Hermanas. Evidentemente son declaraciones que están fuera de tono, pues ni es el momento adecuado para ello, ni tampoco tienen sentido, si carecemos del arrojo necesario para poner encima de la mesa los millones que hoy vale el Xerez. Ni que decir tiene que apoyo incondicionalmente al señor Morales pues, cuando nadie daba un duro por la zaga azulina, su dinero sirvió para salir adelante. Pero lo que más me vale de este hombre es que ha sabido vestirse por los pies: prometió subir al Xerez a la primera división, y como decía al inicio de estas líneas, el ascenso está ya bendecido hasta por la propia Patrona de Jerez. ¡Felicidades!