Obama intenta subir a los médicos a bordo de su reforma sanitaria
Según el presidente norteamericano, el proyecto de la Seguridad Social, que costaría un billón de dólares en una década, «no es un lujo, sino una necesidad»
| CORRESPONSAL NUEVA YORK Actualizado: Guardar«Doctores, por favor, ayúdenme». Quien suplicaba era el presidente de EE UU, Barack Obama, y aún así los cientos de médicos que le escuchaban en la Convención de la Sociedad Médica Americana de Chicago se quedaron vacilantes, porque no tienen nada claro que la reforma de la Seguridad Social que busca vaya a favorecerles.
El discurso duró casi una hora. Desfilaron por él gente común como Laura Klitzka, una madre de Wisconsin que además de enterarse de que el cáncer de pecho le ha calado hasta los huesos también lleva ya acumulados 50.000 dólares en deudas -los costes médicos son la primera causa de bancarrotas personales en EE UU, con el agravante de que el 75% de los que se quedan en la miseria pagaban un seguro privado que a la hora de la verdad les ha dejado colgados-.
Los médicos que le escuchaban conocían muchos casos como ése, pero aplaudieron más cuando les contó el de Michael Khan, un médico de New Hampshire que dedica el 20% del día a escribir cartas de apelaciones para los seguros. ¿Y qué hay de Chris y Becky Link, una pareja de Tennessee que ha tenido que despedir a un número de empleados porque no podía seguir pagando los costos de sus seguros médicos, que se doblan cada año?
«Una buena parte de lo que ha metido en problemas a General Motors y Chrysler en las últimas décadas es el enorme costo del seguro médico de sus empleados, que les ha hecho menos rentables y menos competitivos con otros fabricantes de automóviles del mundo», recordó Obama. «Y si no arreglamos nuestro sistema de salud ahora, EE UU puede ir por el camino de General Motors, pagando más, obteniendo menos y cayendo en la bancarrota».
Para el presidente, la reforma de la Seguridad Social «no es un lujo, sino una necesidad», dijo. «Es lo más importante que podemos hacer por el déficit fiscal de EE UU, eso es un hecho».
«Tácticas del miedo»
Desde Roosevelt muchos otros lo han intentado antes que él. Y han fracasado. Obama reconoció que se enfrentará a las mismas «tácticas del miedo» que los lobbies de «algunos grupos de interés», como el que tenía delante, han utilizado en el pasado para pintar la reforma como «medicina socializada», que es como los conservadores alérgicos al estado del bienestar califican al sistema que reina en Europa. «Darán espantosas advertencia sobre colas, listas de espera, burócratas que se interponen entre el paciente y su médico.
Ya lo hemos oído antes. Y como esas tácticas del miedo funcionaron, las cosas han empeorado».
Su plan es «mantener la tradición estadounidense» de los seguros privados pero añadir un plan público para quienes no tengan un plan de empresa ni se lo puedan permitir por su cuenta. O sea, 49 millones.
Informatizar los expedientes médicos. Promover la medicina preventiva. Bajar el costo de los seguros por negligencia. Forzar a las compañías a no discriminar pacientes por enfermedades preexistentes. Invertir en identificar los tratamientos más eficaces.
El proyecto costará un billón de dólares a lo largo de la próxima década, «menos que lo que tenemos proyectado gastar en Irak», comparó. «Es lo menos que podemos hacer por mi madre y por todas las madres, padres e hijos que han sufrido bajo las prácticas actuales». Su madre murió de cáncer a los 52 años, luchando contra el seguro médico desde la cama del hospital.