Denuncia de fraude
Actualizado: GuardarL a presentación ayer de un recurso por parte del candidato Musaví contra el resultado oficial de las presidenciales en Irán anuncia la continuidad de las protestas de sus partidarios, repelidas con cargas y detenciones por parte de las autoridades de Teherán, y extiende a la opinión mundial la sospecha de que Ahmadineyad ha podido asegurar su reelección fraudulentamente. Además, el recurso formal que Mir Hosein Musaví ha presentado ante el Consejo de Guardianes compromete al régimen en su totalidad, o la suspensión o interceptación de las telecomunicaciones durante el viernes, difícilmente podrán hallar una explicación convincente por parte del gobierno que sigue en manos de Ahmadineyad. Por lo que la comunidad internacional debe, en estos momentos, advertir a Teherán de que no reprima violentamente y mediante arrestos una movilización a cuyos motivos no ha sido capaz de responder con credibilidad. Pero en la medida en que los indicios y evidencias de la comisión de un fraude electoral masivo afloren y se trasladen tanto al conjunto de la población iraní como a los foros internacionales, el régimen de Ahmadineyad, respaldado por los dirigentes religiosos de dicho país, puede encontrarse con que la fuente de su fortaleza se convierta en causa de debilidad ante la opinión interna y ante la estrategia sancionadora de la potencias occidentales. Por el momento, el presidente electo de Irán está obligado a emplear su capacidad de convicción para legitimar las elecciones que en principio le permiten continuar en su cargo. Mientras tanto, la comunidad internacional debe exigir de los oponentes a Ahmadineyad un relato riguroso y probado respecto al supuesto fraude electoral antes de convertirlo en una causa definitiva para hacer frente, y sin concesiones, al régimen de Teherán.