
Una jerezanía llamada Divina Pastora
La calle Divina Pastora era ya una arteria de vida muchos años antes de que se construyera la urbanización
| JEREZ Actualizado: GuardarLa iglesia se encuentra vacía y silenciosa. Apenas hay movimiento y los santos reposan en sus altares con la mirada abstraída. La Virgen de la Divina Pastora está en el lugar habitual que los frailes capuchinos le tienen reservado mientras que al fondo está Fernando Barea poniendo guapa a otra Señora: la Virgen de la Salud y Divina Enfermera. Fernando tiene unas manos mágicas. Es un don que Dios sólo regala a unos cuantos. Ese don es el de embellecer todo lo que toca. La Enfermera está quedando Divina, mientras la luz de la calle atraviesa por las vidrieras de los portones de madera. No le hace falta luz a Fernando Barea porque sale de sus manos como un brocal de arte y ensueño. El vuelo del rostrillo que el vestidor jerezano le da a la Virgen es un juego mágico de olas enteladas. Está quedando perfecta. «La estamos vistiendo para el Corpus», destaca Fernando en voz baja. Y el silencio vuelve a la iglesia y el vestidor se entrega a la tarea de ponerla más engalanada si cabe. Lo dejamos en la soledad de la iglesia capuchina con la Divina Pastora a su espalda mirando con cierta «envidia» porque todavía no ha llegado el mes de septiembre, fecha en la que la calle se pone de largo para que la Virgen Pastora vaya más allá de sus fronteras. Sale de su calle y se entrega al resto de Jerez por unas horas, entre mecidas suaves.
El Fogón de Pepe
Salimos y nos vamos al Fogón de Pepe. Cambia totalmente el ambiente. Así es la vida; contrastes a cada veinte metros. En el Fogón no se para. Los desayunos están preparados y Ana Lusardi se esmera para que los clientes se vayan satisfechos. «Lo abrimos mi socio y yo el pasado mes de septiembre, después de que el bar estuviese algunos meses cerrado», comenta. El Fogón de Pepe lo abrió hace años José Delgado y su familia. Siempre lo regentaron hasta que el cansancio y algunos problemillas le obligaron a dar el cerrojazo. Lusardi, que es una uruguaya con salero, sólo pretende alargar la figura y el buen prestigio que siempre tuvo el bar. Rescatarlo y aumentarlo si es posible. Y si les gustan los Chivitos Uruguayo, no es mala opción. «Es un pan redondo con lechuga, tomate un filete y mayonesa. Está para chuparse los dedos», asegura Ana mientras carga la bandeja de cafés. El fogón de Pepe siempre ha sido un clásico de Divina Pastora, recientemente recuperado gracias a la profesionalidad y simpatía de esta uruguaya que ha encajado perfectamente, junto a su equipo, en el barrio.
Manuel Parada y Francisco Reyes llegan como representantes de la asociación de vecinos de Divina Pastora. Se acercan con el propósito de hacernos llegar el espíritu de los vecinos de la urbanización. «Nada de cerrados al resto de la ciudad. Aquí tienes las puertas... todas abiertas», explica Manuel Parada.
Ascensor
Inmediatamente muestran con orgullo un ascensor que la asociación ha puesto para personas con movilidad reducida. «Está para todas aquellas personas que tengan problema a la hora de bajar al garaje», asegura Francisco Reyes. Las barreras arquitectónicas que en Divina Pastora se están reduciendo afortunadamente. Proseguimos con los vecinos y se muestran interesados en que veamos una labor por y para la urbanización. «Poco a poco vamos consiguiendo nuestras metas. Pero ya ves que aquí no somos un círculo cerrado. Todo lo contrario. Un barrio que quiere estar abierto a Jerez y que, en cierta forma, queremos ofrecer una imagen buena a los muchos turistas que pasan cada día por nuestro barrio. Aquí al lado está la Escuela de Arte Ecuestre y los museos de enganches y las bodegas. Así que esa es nuestra área de trabajo. Ofrecer una imagen buena a quienes nos visitan», afirma Reyes. Es cierto que un núcleo asociativo vecinal como el de Divina Pastora necesitaría un lugar donde poder desarrollar sus actividades. «Uno de nuestro proyectos es conseguir una sede. Es una de las solicitudes que le hacemos al Ayuntamiento. Queremos ofrecer al barrio actividades como conferencias o cursos. O simplemente poner a disposición de los vecinos los locales. Y la otra solicitud que elevamos al Ayuntamiento es la zona azul. El aparcamiento es lo más escaso en nuestra zona porque estamos prácticamente en el centro de la ciudad», argumenta Francisco Reyes.
Mientras llegamos a la tienda de José Augusto Navarro, denotamos cómo las cocinas trabajan a destajo. Es mediodía y, aunque hace calor, hay que preparar el almuerzo. Algunas ventanas desprenden tal olor que cualquier viandante desearía tener una tía o abuela en la urbanización para, de vez en vez, ir de invitado a almorzar. Pero no todo es posible. Aunque sí jugar una partida en la tienda Player Vs Player. Juegos de cartas, miniaturas y todo lo relacionado con la fantasía y la ficción. Es la tienda de José Augusto que un día dejó su trabajo de profesor y montó el negocio. «Seguramente antes tenía mejor sueldo, pero ahora he ganado en calidad de vida», afirma. En cualquier caso, nuestro hombre confiesa que «me queda un telediario aquí. Nos vamos después de algunos años. Pienso que es mejor para nosotros la zona de Madre de Dios porque tenemos muchos clientes que vienen de fuera de Jerez. Allí están las estaciones de autobuses y trenes y facilitamos al cliente la cercanía», asegura. La calle Marimanta es el lugar en el que Player Vs Player estará en pocas fechas.
Una calle llena de vida
La travesía de Divina Pastora con sus comercios y su movimiento. Con su servicio técnico oficial de Sony, donde hay un televisor de los años cuarenta que es pieza de museo. Donde está Lara con sus pequeños electrodomésticos. Las señales de Suministros López y las cocinas derramando fragancias de buenos pucheros. La calle del convento donde Fernando Barea recrea su refinadísimo estilo cargado de elegancia. Divina Pastora y su vida. Un lugar que hace años dejó de ser una simple urbanización para pertenecer al auténtico Jerez.