Hasta el próximo San Antonio
Los fuegos artificiales pusieron ayer el broche de oro a cinco días de Feria en los que la crisis no ha podido con las ganas de diversión
| CHICLANA Actualizado: GuardarEl último cohete del espectáculo de fuegos artificiales que tuvo lugar anoche a las doce de la noche de ayer domingo dio por concluida formalmente la edición de 2009 de la Feria de San Antonio de Chiclana, que ha estado marcado por el fuerte calor que se ha instalado en la ciudad y porque la crisis, aunque ha provocado que los feriantes recortaran gastos, no ha causado una pérdida en el número de visitantes.
Sin embargo, hasta bien entrada la madrugada, algunas casetas siguieron sirviendo copas a quienes aún continuaban con ganas de fiesta, tras cinco días muy intensos.
La fiesta grande local ha pasado su reválida con una nota alta. La valoración positiva que ayer hacía el delegado de Fiestas, José Luis Aragón Panés (PSOE), es la tónica generalizada entre los visitantes, que no obstante, sí han criticado algunos fallos organizativos y el caos de tráfico que se vivió por momentos en la noche y madrugada del sábado. Los principales problemas se registraron a la salida y entrada tanto del recinto ferial como de la propia ciudad.
«Es lógico que haya coches, pero los aparcamientos son insuficientes», explicaba Juan Utrera, un vecino de San Fernando que había quedado en la portada con su grupo de amigos minutos antes de la una de la madrugada del sábado, y que había estado más de treinta minutos para aparcar.
Problemas derivados de la masiva afluencia de visitantes aparte, la Feria de Chiclana de este año puso ayer su broche de oro con diversos espectáculos musicales y taurinos.
En la Caseta Municipal se congregaron cientos de personas para disfrutar con la actuación, entre otros, del hijo del popular cantaor Rancapino, y su grupo, que amenizaron la tarde del domingo.
En la mayoría de casetas las caras de cansancio de los camareros y trabajadores contrastaba con las ganas de fiesta que todavía ayer a última hora de la tarde tenían muchos chiclaneros que llegaban en oleada al ferial.
Antes de entrar en el recinto, una vecina, Silvia Pavón hacía un alto en uno de los puestos de venta ambulante instalados en Urbisur para comprarse un bolso. «Está mejor de precio que hace unos días así que voy a darme un capricho», bromeaba. Esta joven chiclanera, como otras muchas, se daba por satisfecha por haber aprovechado la feria al máximo, pero ayer domingo sentía nostalgia. «Ahora toca esperar al año que viene».
Desde el punto de vista de la seguridad, la madrugada del sábado fue el día más complicado. La presencia de miles de jóvenes hasta más de las cinco de la madrugada (horario de cierre obligatorio) en las casetas de la zona de movida, hizo que los efectivos de policía y Guardia Civil tuvieran que emplearse a fondo en varios altercados, la mayoría sin consecuencias destacables originados por el exceso de consumo de bebidas alcohólicas y drogas. Afortunadamente, no hubo que lamentar heridos.
La clausura del concurso ecuestre de Equimar, un evento deslucido este año por fuerte viento de levante, y el inicio del dispositivo especial de limpieza de Chiclana Natural, cuyo plantel se ha esforzado al máximo por mantener en todo momento impoluto el ferial, ponían anoche el punto y aparte a una de las ferias más populares de la Bahía.
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