Jerez

Hogar La Salle atiende a jóvenes inmigrantes ex tutelados por la Junta

Permanecen en las instalaciones de 8.00 a 20.00 horas y no tienen dónde dormir

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Tienen entre 18 y 19 años y un pasado reciente común: llegaron a España de forma ilegal (a bordo de una patera o escondidos en los bajos de vehículos) cuando eran menores de edad. Youssef, Charaf, Hamid y Kabem son algunos de los jóvenes inmigrantes que Hogar La Salle Jerez atiende cada día en sus instalaciones de la avenida Duque de Abrantes para evitar que estén todo el día deambulando por la ciudad. «Han cumplido ya los 18 y dejan de estar tutelados por la Junta. Ya no pueden estar en el centro de menores y no tienen adónde ir. Cada noche intentan dormir en el albergue y, si no hay sitio, se quedan en la calle», aseguró el presidente de esta institución jerezana que inició su andadura en febrero de 2008, Michel Bustillo.

«Son jóvenes de alto riesgo social porque no tienen arraigo familiar aquí», aseguró el responsable. Así, estos siete inmigrantes marroquíes pueden permanecer en Hogar La Salle desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde, de lunes a domingo, desde hace siete meses. A mediodía van al Comedor de El Salvador y regresan de nuevo al Hogar.

Youssef, de 19 años, viajó hasta España escondido «debajo de un 4x4. Me cogió la policía y me llevaron a un centro de menores», recuerda. «Si no pudiéramos venir a Hogar La Salle, estaríamos en la calle. Sólo buscamos un trabajo y un techo», explicó. En las mismas circunstancias se encuentra su compañero Charaf, que llegó a Jerez a los 16 años después de haberse jugado la vida cruzando el Estrecho en una patera: «Quiero quedarme aquí y necesito un trabajo, unas prácticas o lo que sea». Hamid, por su parte, contó que «como no suele haber sitio en el albergue porque sólo hay doce plazas, nos vamos a dormir a un parque, al césped. Estoy así desde el verano pasado», aseguró.

Yassin Elfilari se atrevió a viajar hasta España en los bajos de un autobús con 16 años, dejando atrás a toda su familia: «Estuve en el centro de menores de Chipiona y ahora no tengo adónde ir por las noches. Trabajaré de lo que sea», insistió. Hogar La Salle, que se sustenta con recursos propios, les ha preparado una habitación y una pequeña cocina en sus instalaciones. Además, los ha incluido como alumnos en sus cursos de formación. La Escuela de Hostelería, consciente de la difícil situación que atraviesan estos jóvenes, ha comenzado esta misma semana a impartirles un curso de camarero para que puedan encontrar un trabajo en el sector.

«A finales de este mes nos sentaremos con nuestras fuentes de financiación, que es la comunidad lasaliana y analizaremos la viabilidad del proyecto. Seguimos a la espera», continuó Bustillo ante la necesidad de que las administraciones los apoyen con convenios de colaboración que impliquen recursos económicos. «Seguimos ilusionados pero ahora mismo estamos preocupados. Ya hemos comunicado a las familias de los 38 menores que acuden a los distintos talleres que la posibilidad de cierre existe y que les ayudaremos a encontrar otros recurso, pero ¿dónde?», concluyó Bustillo.