Los estudiantes posan en la entrada del centro en el que dan clase. /C. C.
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«El miedo a repetir siempre está presente»

Cuatro alumnos de cuarto de ESO del instituto isleño San Jorge se enfrentan a su peor semana escolar

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Estudian cuarto de ESO en el instituto Jorge Juan de San Fernando y afrontan las semanas más complicadas del calendario escolar. En estos días, su mayor temor es que «queden muchas asignaturas por el camino y haya que estar un año más en el mismo curso», afirma Susana Bauti, una de las jóvenes que estudia en el centro isleño.

La experiencia de repetir ya la ha vivido Ángel Ruiz y se lo toma con naturalidad y que considera que «me ha servido para tener una mejor base». «Creo que ahora estoy más preparado para los siguientes cursos, aunque es duro ver cómo tus compañeros pasan y tú te quedas, aunque al menos ya sabes cómo va a ir el curso y resulta más sencillo», asegura.

Son muchos los alumnos que precisan de una ayuda extra para poder sacar adelante el año, de manera que acuden a clases particulares. Es el caso de Marta Revuelta, que buscó un refuerzo por las tardes desde que se iniciaron las clases en el primer trimestre y por ello asegura que «ha sido muy útil». Para la joven ha supuesto un refuerzo de aquellas asignaturas en las que flaqueaba más.

Su compañera Susana admite que siempre había considerado las clases particulares como «una ayuda para los alumnos que tenían dificultades», pero finalmente se ha dado cuenta de que «dan una mejor base y trabajas más tranquila». El otro riesgo es que entre clases particulares y actividades extraescolares haya muy poco tiempo para dedicarse al estudio. Es un problema que conoce bien Francisco Rendón que acude a una academia de inglés y de fútbol, que asegura que «ahora falta tiempo, es un inconveniente pero también es verdad que te ayuda a despejarte y que todo es cuestión de organización para llevar las cosas adelante».

Los alumnos consultados afirman que sus padres están muy encima en sus estudios, aunque también lo ven como algo normal ya que tienen muchas distracciones, sobre todo con el ordenador. Sienten un presión externa en cuanto a la orientación hacia la Universidad porque es «lo que la mayoría de los padres quieren para sus hijos». Este deseo contrasta en ocasiones con los proyectos de los propios alumnos, por lo que se sienten presionados y eso les afecta también a su rendimiento escolar.