Sergio Santillana y Mari Ángeles Crespo en un parque infantil de Cádiz./ NURIA REINA
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«Sé que cuando lo vea se me olvidará todo»

Sergio y Mari Ángeles están a la espera de que le asignen a su hijo

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Llevan dos años y medio de embarazo a la espera de tener a su hijo en casa. Sergio Santillana y Mari Ángeles Crespo están a la espera de que le asigne a uno de los pequeños que se encuentran en centros de acogida. El proceso es largo, pero se han mantenido pacientes durante todo este tiempo. La pareja lleva ocho años casada y desde mucho antes ya hablaban de tener hijos. La mala suerte no les dio posibilidad de tenerlos por sus propios medios y tras pasar por el trance de la inseminación in vitro sin éxito se aventuraron a una adopción.

Sergio cuenta que ya había pensado en esta posibilidad antes incluso de conocer a su mujer. «Cuando agotamos la vía de la naturaleza empezamos los trámites en la Junta», asegura. Hace ya dos años y medio de aquello y aún están esperando. Rusia es el país en el que iniciaron el proceso, aunque la primera opción era la República Dominicana.

Recuerda Mari Ángeles que ya lo tenían claro y cuando llegaron a la oficina de la Delegación provincial, la funcionaria les comentó que se habían vuelto a abrir las fronteras rusas. Aquello les daba la posibilidad de agilizar todo el proceso, ya que las solicitudes para este país se habían paralizado, pero finalmente tocó esperar. «Sé que cuando lo tenga en brazos se me va a olvidar todo. Muchos días me desilusiono, pero luego lo imagino en su habitación, con todas las cosas que le hemos ido comprando y recupero el ánimo», asegura.

A pesar de los trámites mantienen la ilusión. «Desde que supimos que nos podrían llamar de un momento a otro vamos con el móvil a todos lados», dice Mari Ángeles, que está convencida de que éstas serán las últimas vacaciones que pasarán solos. La lentitud del proceso no ha resultado una sorpresa, ya conocen a otras parejas que han adoptado y contaban con su experiencia.

Durante la espera, este joven matrimonio de San Fernando ha ido preparando la llegada del pequeño a conciencia. Aún no saben si será niño o niña, les da igual. Ser padres lo compensa todo y ya han comenzado el entrenamiento con un sobrino que llegó a la familia hace tres años y que también espera con impaciencia la llegada del que será su compañero de juegos.