Soluciones antiguas, problemas nuevos
Actualizado:En la FAD llevamos 23 años trabajando en la prevención de los consumos de drogas. En ese tiempo, hemos «hecho» y hemos «dicho» muchas cosas, pero también, en este tiempo, el fenómeno de los consumos de drogas ha cambiado radicalmente. Por ello, en la FAD teníamos el objetivo de presentar un documento en el que realizáramos una profunda reflexión de la realidad actual de los consumos de drogas y que hemos plasmado en La visión de la FAD. En él se analizan las estrategias que hasta el momento se han utilizado para hacer frente al fenómeno y se incluyen una serie de propuestas que, a juicio de la FAD, deberían ponerse en marcha para minimizar los problemas derivados de los consumos de drogas.
Debemos asumir que las drogas no van a desaparecer y por ello debemos aprender a convivir con ellas. Eso no significa que nos crucemos de brazos y lo aceptemos sin más, sino que trabajemos para minimizar su presencia, ya que todos los consumos implican riesgos. Pero, sobre todo, debemos revisar críticamente las estrategias de enfrentamiento. No podemos seguir utilizando las mismas fórmulas porque estrategias antiguas no sirven para abordar problemas nuevos.
Hace años, la heroína era la sustancia predominante, con sus secuelas de marginalidad y deterioro físico. En aquel momento, se estableció una estructura de respuesta adecuada a esa concreta amenaza. Desde entonces, todas las organizaciones que nos dedicamos a la prevención de los consumos de drogas en España hemos desarrollado estrategias y actuaciones preventivas que han puesto el énfasis en las sustancias. Es decir, se ha hecho un especial hincapié en la información y sensibilización sobre los riesgos que implica cada consumo de drogas en el convencimiento de que las estrategias informativas destinadas a elevar la percepción de riesgo lograrían contener el aumento en los porcentajes de jóvenes consumidores.
Sin embargo, ahora las sustancias consumidas y los patrones de consumo han cambiado, aunque la gravedad sigue siendo importante. Las drogas ya no son un elemento de marginación sino de integración.
Ante todo, la FAD propone que las estrategias preventivas se orienten hacia la capacitación autónoma desde edades tempranas para que adolescentes y jóvenes puedan tomar sus decisiones con menor vulnerabilidad y mayor autonomía. Es decir, apuesta, en el ámbito individual, por la vía educativa. Pero además, la FAD considera que resulta imprescindible prestar una atención especial al contexto social en el que las personas viven y que condiciona la existencia de los consumos, y, por ello, debemos comenzar a reflexionar y a plantear acciones, caminos, a través de los cuales pueda ser posible minimizar la presencia de las drogas en nuestra sociedad.
Es preciso analizar y reflexionar sobre aspectos relacionados con los estilos de vida, las jerarquías de valores existentes en nuestra sociedad, sobre las prácticas dominantes de ocio y diversión, sobre las propias normas que pretenden regir las conductas, etc. En este sentido, la FAD intentará promover una reflexión social sobre ellas, en el convencimiento de que la prevención de los problemas de las drogas no puede olvidar el contexto social en el que se producen.
En definitiva, se trata de restar protagonismo a las sustancias como explicación última y única de los peligros, para pasar a fijarse en la persona, con sus fragilidades y sus fortalezas, tratando de apoyar éstas.