Rajoy avisa al presidente de que a partir de ahora le será más difícil gobernar
El PP intensificará las alianzas y utilizará todos los medios para debilitar al Gobierno pero, de momento, no presentará una moción de censura
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarEl PP se ve plenamente legitimado como alternativa de poder después de haber superado en casi cuatro puntos al PSOE en las elecciones europeas del pasado domingo y cree que el Gobierno lo tendrá más difícil a partir de ahora. Sobre este análisis, Mariano Rajoy diseñó ante su Comité Ejecutivo el campo de juego en el que se moverá hasta el final de la legislatura para ampliar el apoyo electoral hasta las elecciones generales. Buscará más y mejores alianzas para debilitar la posición política y parlamentaria de José Luis Rodríguez Zapatero y lo hará con «los medios más útiles en cada momento».
En el discurso de la reunión postelectoral del ejecutivo, que se celebró ayer en un ambiente de indisimulado optimismo, el presidente del PP no descartó ningún instrumento a su alcance para incrementar la confianza de los ciudadanos y propiciar el cambio, pero todos los directivos saben que entre ellos no figura la moción de censura, al menos, en las actuales circunstancias. Este mecanismo parlamentario es el más temido por los populares, que conservan en su memoria el estrepitoso fracaso de Antonio Hernández Mancha frente a Felipe González.
Mientras no haya garantías claras de éxito, nadie reclamará en el PP tal iniciativa porque, como advirtió Manuel Fraga a su llegada a la reunión, «no se le puede pedir a nadie que se suicide». No obstante, el diagnóstico que hizo el líder del PP de la situación poselectoral contempla un panorama propicio para los suyos y muy sombrío para los socialistas.
«El Gobierno carece de un proyecto válido para abordar los problemas de los españoles, tiene menos apoyo social que hace tres meses y menos apoyos parlamentarios que al principio de la legislatura», afirmó, al mismo tiempo que se declaró convencido de que José Luis Rodríguez Zapatero no rectificará su política ni su forma de gobernar como consecuencia de la derrota electoral del domingo, por lo que le auguró muchos problemas de ahora en adelante. «Sin proyecto, sin ánimo de apostar por la concordia y sin apoyos parlamentarios definidos no es fácil gobernar por el bien común», declaró.
«En estas elecciones ha fracasado la demonización del contrario, el juego sucio, la exageración, y la instrumentación de los 'tribunales», apuntó Rajoy. Por lo tanto, cree que ha pasado de ser mera oposición para ser tenido en cuenta como un partido que puede gobernar en cualquier momento, lo que le obliga a estar preparado para responder a las expectativas que crea su nueva condición.
«El domingo se nos ha pedido que lideremos un proyecto que permita salir de la crisis», proclamó, y animó a los suyos a trabajar en adelante para aumentar el caudal de confianza recibido. «Utilizaremos los instrumentos más útiles en cada momento para cambiar las cosas. Hemos forjado acuerdos y vamos a llegar a más acuerdos», explicó en un adelanto de su política parlamentaria.
Apuntó que lo que más debe preocupar y ocupar a su partido es la crisis económica. Insistió en la exigencia de austeridad en el gasto público, la defensa de reformas fiscales, en educación, mercado laboral, justicia y política energética, al tiempo que declaró una «prioridad absoluta» la reestructuración del mercado financiero.
«Menos negativos»
Advirtió de que, en los próximos meses, se conocerán nuevos datos económicos aparentemente «menos negativos» y que pueden conducir a un error de diagnóstico cuando, a su juicio, será una mera «mejora estacional» y no una prueba de que «hemos tocado fondo». Sin embargo, se declaró partidario de apoyar al Gobierno en la presidencia europea de la UE, siempre que coincida en sus objetivos, pero no lo hará si se trata de caer «en la verborrea, el marketing y el intento de sacar rentabilidad política».
En los detalles de las votaciones generales, el líder de los populares encontró muchos motivos de satisfacción que, en su opinión, le permiten albergar una esperanza cierta de ganar las generales.
Tradujo los datos del domingo a los escaños que obtendría cada partido en unas generales y señaló que con el porcentaje de votos alcanzado el PP conseguiría 169 diputados; el PSOE, 149; CiU, 13; IU, 3; el PNV, 6; ERC, 4; UPyD, 2; Coalición Canaria, 2 e Iniciativa Internacionalista, 2. Destacó este dato y el número de sufragios recibidos por el partido que considera heredero de Batasuna, recordó que supone el 15% de los votos del País Vasco, se declaró satisfecho de que no haya entrado en el Parlamento Europeo pero dijo que «hay que seguir muy atentos de cara a las próximas elecciones».