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Jaume junto a sus padres a la salida del hospital donde ha sido intervenido con éxito./ EFE
Sociedad

Reconstruyen con células madre los rostros de dos adolescentes en Barcelona

MÓNICA BERGÓS
| BARCELONAActualizado:

Jaume ha vuelto a sonreír. Ha recuperado parte de su rostro gracias a una nueva técnica quirúrgica poco invasiva, pionera en Europa, que fue presentada ayer en el Hospital de Vall d'Hebrón, en Barcelona: el uso de células madre extraídas del abdomen del propio paciente. Este adolescente de 13 años explicaba en rueda de prensa, con timidez, cómo su vida había experimentado «un gran cambio» desde que fue sometido a la operación el pasado mes de febrero. Reconocía encontrarse «muy bien y contento» con su nuevo rostro. Una enfermedad rara, el síndrome de Parry-Romberg, que afecta a tres españoles de cada millón, le había causado fuertes deformaciones faciales.

El joven catalán no fue el único en someterse a este nuevo procedimiento. Una chica de 14 años también fue operada a principios de año con resultados igualmente positivos. Joan Pere Barret, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital de Vall d'Hebron, calificaba de «exitosas» ambas intervenciones, entre sonrisas, aplausos y caras de satisfacción. Demostraban, en palabras del cirujano, que se «han abierto nuevas líneas de trabajo para la medicina». En esta nueva técnica se extrae inicialmente grasa del abdomen del paciente, de donde se separan las células madre, que luego «son mezcladas con el resto del tejido adiposo que se había extraído mediante la liposucción convencional», según explicaba Elena Arana, doctora del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados. El material procesado se implanta posteriormente en las áreas que necesitan el relleno, de manera «inmediata y estéril». La operación, que se prolonga durante unas cuatro o cinco horas, «puede llevarse a cualquier tejido blando del organismo».

Técnicas obsoletas

El mismo procedimiento ya ha sido empleado en operaciones de reconstrucción mamaria, pero no había tenido ningún precedente en Europa en la reconstrucción de deformidades faciales graves. Los doctores responsables de este hallazgo ya están buscando la manera de extender el tratamiento a otras áreas clínicas, lo que arroja luz a un futuro con cirugías menos invasivas. La nueva técnica, señaló Barret, «hará que otras intervenciones quirúrgicas pasen a la historia», ya que «empiezan a ser obsoletos» tratamientos que fueron descubiertos hace apenas una década.

El síndrome de Parry-Romberg es una rara enfermedad degenerativa que se trataba tradicionalmente con implantes, microcirugías y transplantes de tejidos, unos métodos que, según explicó Barret, han generado numerosas secuelas.