Los socialistas encajan la derrota del 7-J como un toque de atención al Gobierno
Responsables del PSOE aseguran que «toman nota», aunque descartan un cambio radical en la política económica
| COLPISA. MADRIDActualizado:De «resultado razonablemente positivo» a «resultado razonable» a secas. Reposados los datos de las europeas, los ánimos en la dirección del PSOE estaban ayer para pocos paños calientes. Y el análisis de urgencia de la noche electoral se tornó menos optimista. Los socialistas admiten que la derrota frente al PP no debe tomarse a la ligera y que es preciso entender que los ciudadanos han querido dar a José Luis Rodríguez Zapatero un toque de atención.
La secretaria de Organización, Leire Pajín, aseguró al término de la reunión de la ejecutiva federal de hoy que su partido «toma nota» del aviso. Pero minimizó el varapalo. Fuentes socialistas insisten en que, teniendo en cuenta la crisis económica que vive España, el PSOE ha aguantado bien el tipo. Argumento al que también se aferró la número tres del partido. «El PP ha recibido 200.000 votos más que en las europeas de 2004 y ha mejorado su porcentaje en un punto; esa es la medida exacta de su progresión en cinco años», subrayó.
En la ejecutiva recuerdan que en 1994, con una coyuntura económica más favorable, José María Aznar superó a Felipe González en algo más de diez puntos y, dos años después, en las generales de 1996 la diferencia fue de tan sólo un punto. Así que, alegan, no hay razones para echarse las manos a la cabeza. «Si realmente los ciudadanos hubieran querido cambiar alguna tendencia en nuestro país, la participación habría sido más alta», defendió Pajín.
Pero tampoco falta quien cree que es preciso lanzar una voz de alarma. «Nuestros años idílicos ya han pasado; el PP es hoy más alternativa que hace unos años», avisa un miembro de la dirección socialista. No es que los populares hayan crecido en sus territorios, es que además las europeas han aflorado cierto desapego hacia el PSOE en feudos tan relevantes como Cataluña, Andalucía o Castilla-La Mancha, donde han caído una media de seis puntos.
Los optimistas achacan los resultados catalanes a la baja participación y alegan que sus votantes siempre se movilizan en función de lo que creen que se juegan en cada elección: mucho en las generales, menos en las autonómicas y casi nada en las europeas. Respecto a la caída en Andalucía, dicen que es menos contundente de lo que cabría esperar. Sólo en Castilla-La Mancha admiten el castigo.
Lo que sí admiten incluso los más ortodoxos es que los ciudadanos han votado en clave «exclusivamente nacional». «Nos han lanzado un mensaje», insisten. ¿Cuál será la respuesta? La decisión se dejó para más adelante. «Tenemos que ver los sondeos postelectorales», aducen.
Pajín rechazó un cambio en la política económica que es, a la postre, la que según sus propias lecturas ha marcado la contienda y aseguró que el PSOE defenderá «aún con más fuerza el modelo de salida de la crisis» que se ha puesto en marcha en España.
Las fuentes citadas rechazan, por el momento, que la derrota deba empujar al Gobierno a la negociación de una reforma laboral a la que Rodríguez Zapatero se ha opuesto con fiereza con el respaldo de los sindicatos. Afirman, asimismo, que el castigo no ha sido directo al Plan E y que todos los gobierno europeos se han resentido de la crisis.
En la ejecutiva socialista no hubo voces críticas para la campaña electoral coordinada por Pajín y Elena Valenciano. En otros ámbitos, sí. Los responsables directos echan balones fuera y aseguran que el problema fue que el PP «enfangó el terreno de juego» con temas como el del Falcon o las subvenciones de Chaves a la empresa donde trabajaba su hija.