Vuelve Federer

Roger Federer pudo derramar ayer, al fin, lágrimas de alegría, tras un año aciago desde que Rafa Nadal le arrebatara el número uno y la primacía del tenis mundial. El triunfo del jugador suizo en Roland Garros, en apenas dos horas de partido frente a Robin Soderling –el verdugo del campeón español–, no sólo hace justicia a su gigantesca calidad al permitirle imponerse por primera vez en el torneo parisino que tanto se le había resistido e igualar el mítico record de 14 grandes logrado por Pete Sampras. La victoria en el abierto francés supone el regreso a la primera línea y confianza de Federer, cuyo errático tránsito por las pistas en los últimos meses amenazaba con acelerar el final de una carrera excelsa. Su vuelta al podio en un grand slam habrá hecho sentir una punzada de inquietud a los incondicionales de Nadal. Pero supone una buena noticia para quienes empezaban a echar de menos el tenis más competitivo.