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La selección azerbaiyana intentará destacar ante la actual campeona de Europa. En primer término el capitán, Rashad Sadigov./ LA VOZ
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Azerbaiyán: Ajedrez, música... y fútbol

Dirigida por el alemán Berti Vogts, la caucásica selección lucha por escapar del furgón de cola del balompié continental con varios jugadores de origen brasileño en sus filas

I. TYLKO
| BAKÚ (AZERBAIYÁN)Actualizado:

Tras casi seis horas de vuelo, otra más de retraso, alguna que otra turbulencia y una enigmática e inquietante subida y bajada del tren de aterrizaje del Airbus-340/300 'María Bárbara de Braganza' de Iberia poco después de despegar de Barajas, la selección española aterrizó en torno a las seis de la tarde (21,00 hora local) de este domingo en Bakú, donde se llegó a producir la mitad del petróleo del mundo y todavía hoy se aglomeran miles de refugiados de la guerra de Nagorno Karabaj, independiente de Azerbaiyán desde hace 18 años aunque ninguna nación lo ha reconocido.

Con la mirada puesta en la Copa Confederaciones de Suráfrica, España jugará el martes un amistoso sin chicha en este país euroasiático ubicado en el Cáucaso, al borde del mar Caspio. Aquí, el fútbol crece, es capaz de pagar un millón de euros por ver a los campeones de Europa, pero se mantiene como un deporte residual en comparación con el ajedrez e incluso la halterofilia y el judo. Gurban Gurbanov, el máximo goleador en la historia de Azerbaiyán con 12 dianas, y Tarlan Akhmedov, el más internacional con sus 72 entorchados, son personajes casi anónimos. Al defensa Ernani Pereira, el centrocampista Fabio Luis Ramim y el delantero Leandro Gomes, todos ellos de origen brasileño, no los conocen ni los secretarios técnicos más vanguardistas.

El héroe indiscutible de Bakú, cuya ciudad vieja presidida por la 'Torre de la Doncella' es Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 2000, es el gran maestro Gari Kasparov. El campeón del mundo más joven en la historia del ajedrez, polifacético escritor, activista político, miembro de la coalición 'La otra Rusia' y opositor a la administración de Vládimir Putin. Su ascendencia armenia, alemana y judía ejemplifican el crisol cultural y étnico de este país que se independizó de hecho de la antigua URSS en noviembre de 1990, y de pleno derecho en agosto de 1991. Otro célebre hijo bakuense es Mstislav Rostropóvich, director de orquesta y violonchelista fallecido hace un par de años. La música es consustancial a los azerbaiyanos. Su tradicional Mugham, composición improvisada de origen popular, fue declarada obra maestra por la UNESCO.

De la mano ahora del técnico alemán Berti Vogts, mucho tiene que mejorar Azerbaiyán para dejar cierta huella en el fútbol internacional. Desde que su federación nació en 1992 y se afilió a la UEFA, no ha logrado clasificarse para ningún campeonato y apenas puede presumir de victorias sobre Eslovaquia y Liechtenstein, o de caer por la mínima ante la Inglaterra de Michael Owen cuando la entrenaba el brasileño Carlos Alberto Torres, campeón del mundo en el 70. Su derrota más humillante, el 10-0 sufrido ante Francia en el Velodrome de Burdeos hace 13 años. Ocupa el puesto 134 del mundo y el 48 de Europa. Apenas aventaja en el Viejo Continente a Malta, Liechtenstein, Islas Feroe, Andorra y San Marino. Posee más de 19.000 licencias, la mayor parte de amateurs, y unos 300.000 practicantes.

El 'Chelsea azerí'

Con 8,5 millones de habitantes, más de 2.000 kilómetros de fronteras y en un enclave estratégico, al este de Turquía y lindando con Rusia, Georgia, Armenia e Irán, trata de asomarse al escaparate futbolero gracias a las inversiones de negociantes que hicieron fortuna con el petróleo y el gas. Ya no se practica en las terribles condiciones de antaño, pero la calidad es pobre, predomina el pelotazo y tentetieso y el ambiente en los estadios es frío. El Neafti Bakú, el Olympik de la misma ciudad y el Khazar Lankaran o 'Chelsea azerí', cuyo presidente, Mubariz Mansimov, dirige también 'Palmari', un grupo empresario turco, son sus tres clubes más representativos. Azerbaiyán cuenta con un competidor en la Liga de Campeones, que parte desde la primera ronda previa, y dos en las preliminares de la Copa de la UEFA.

Gracias a la extracción del petróleo y la industria afín -maquinaria, el refinado, textiles y químicas-, la agricultura -que representa un tercio del PIB-, y el comercio exterior, sobre todo con Italia, la República Checa y Alemania, la economía crece a buen ritmo en la que fuera primera república democrática en el mundo islámico, tras la caída del Imperio Ruso después de la Primera Guerra Mundial. Un privilegio que sólo duró dos años, hasta la invasión del Ejército Rojo bolchevique en abril de 1920. La lengua oficial es el azerí y el 87% de la población es musulmana, una identidad basada más en este caso en la etnia y en la cultura que en las prácticas religiosas. De ellos, un 70% son chiíes y el resto suníes. Conviven sin tensiones. Un ejemplo.