El mandatario de EE UU reza ante la lápida que recuerda a los asesinados en el campo de exterminio nazi de Buchenwald. / REUTERS
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Obama serena a Israel en Buchenwald

El presidente dice en el campo de exterminio nazi que el holocausto judío es una «historia trágica que no puede ser negada por nadie»

| CORRESPONSAL. BERLÍN Actualizado: Guardar
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Un día después de su discurso en la Universidad de El Cairo, en el que tendió la mano para acabar con el histórico antagonismo entre el islam y Occidente, el presidente de EE UU, Barack Obama, realizó una visita al campo de concentración de Buchenwald para rendir homenaje a las víctimas de la barbarie nazi. El mandatario afroamericano advirtió con su simbólico gesto de que el holocausto es un crimen que no puede ser negado por nadie.

Obama recorrió las instalaciones del que fuera uno de los más importantes centros de exterminio nazi acompañado por la canciller, Angela Merkel, y dos supervivientes, el premio Nobel de la Paz Elie Wiesel y Bertrand Hertz. El presidente depositó rosas blancas y rezó ante la lápida que recuerda a los cerca de 56.000 prisioneros asesinados y en el monumento central de Buchenwald. La visita fue transmitida en directo por cinco cadenas de televisión, pero todas dejaron de emitir cuando la pequeña comitiva visitó los hornos crematorios. El acto culmino con breves intervenciones de Obama, Merkel y Elie Wiesel.

Aunque el propósito era rendir un homenaje a las víctimas del holocausto, el inquilino de la Casa Blanca aprovechó su presencia en Buchenwald para incidir en su objetivo primordial de lograr que la paz se instale en Oriente Próximo. Con un lenguaje adecuado al lugar, Obama lanzó un duro mensaje de advertencia al presidente de Irán (Mahmud Ahmadineyad), sin mencionar su nombre, al calificar el exterminio de la población judía como parte de una «historia trágica que no puede ser negada». «En estos días, hay quienes siguen insistiendo en que el holocausto nunca existió, una negación de los hechos y la verdad que carece de base, ignorante y odiosa. Este lugar es el desmentido definitivo», clamó el mandatario demócrata. «No olvidaré lo que he visto hoy (por ayer)», añadió.

Europa unida

«También he venido a Buchenwald para reflexionar sobre los peligros que surgen cuando las personas entran en conflicto y no pueden ver la humanidad que comparten, pero también para celebrar cómo de aquella tragedia resultó una Europa unida y una Alemania que hoy es aliada de Israel, y las posibilidades de reconciliación, perdón y esperanza», insistió Obama.

La primera visita del dirigente estadounidense a Buchenwald también tuvo un carácter personal, como él mismo se encargó de recordar. Su tío abuelo Charles Payne ayudó a liberar el campo de exterminio y otro anexo en 1945 como soldado. «El choque que sufrió fue tan grande que cuando regresó tuvo serios problemas para reincorporarse a la vida normal», recordó el presidente.

El momento más emotivo del acto tuvo lugar cuando Obama cedió la palabra a Wiesel, quien fue deportado en 1944 con su familia a Auschwitz y trasladado en 1945 a Buchenwald con su padre, que murió tres meses antes de la liberación del campo. «Yo vengo a este lugar para visitar la tumba de mi padre, pero él no tiene una tumba aquí y su tumba está en algún lugar en el cielo», manifestó el octogenario superviviente. «¿Qué le puedo decir a mi padre? ¿Que el mundo aprendió de esta tragedia? No estoy muy seguro», agregó.

Wiesel recordó que cuando el campo fue liberado, muchos de los prisioneros decían en voz alta que nunca más habría guerra ni odio en la tierra. «Pero el mundo no aprendió la lección. De lo contrario jamás se habrían producido genocidios como los de Ruanda, Camboya y Bosnia. Ha llegado el momento para la paz y hay que dejar de acudir a los cementerios».

«Me inclino ante todas las víctimas», señaló por su parte Merkel y aseguró que los alemanes tienen la responsabilidad de garantizar que los horrores vividos en los campos de exterminio «nunca más volverán a repetirse». «El recuerdo del quebranto de la civilización que representa el genocidio forma parte de la razón de Estado», sentenció.