Captar el mensaje
Actualizado:E n inglés se dice de Barack Obama: «get's it». Es una expresión corta que sugiere que el presidente de Estados Unidos es capaz de ir directamente al grano de un problema y que sabe cómo actuar en consecuencia. En el transcurso de su visita a Oriente Próximo y Europa, a Obama le han sobrado momentos para demostrar ese «get's it», y no ha defraudado. La pregunta más pertinente ahora va dirigida al resto de líderes mundiales. ¿Realmente comprenden a Obama? ¿Saben responderle?
El presidente norteamericano pronunció en El Cairo un discurso muy bien pensado. Hace pocos años, Condoleezza Rice, entonces secretaria de Estado de EE UU, acudió al mismo lugar y, empleando el tono de una profesora dando clase, dijo a los gobiernos árabes que tendrían que democratizarse. La falta de democracia en Oriente Próximo preocupa también a Obama, pero su planteamiento es mucho más sutil. Entiende que EE UU no puede imponerse de una forma cruda en otras regiones del mundo; o, como aseguró en una ocasión John F. Kennedy, «no todos los problemas globales tienen soluciones estadounidenses». Obama retó a los gobiernos árabes a que se reformen ellos mismos a su propia manera, sin emular el modelo estadounidense, pero sí respetando derechos humanos fundamentales como la igualdad para las mujeres. No son valores norteamericanos, les dijo, sino valores universales. Queda por ver cómo van a contestarle.
Una vez propugnado el «nuevo comienzo» con el mundo musulmán, Obama se desplazó a Berlín, al corazón de la vieja Europa. La vuelta a Alemania supone un reconocimiento explícito de que sin aliados en la capital germana no hay posibilidad de que la UE apoye sus objetivos en muchas áreas, que van desde el conflicto en Afganistán al calentamiento global. Su predecesor, George W. Bush, tenía Londres como el foco de sus relaciones; un espacio de confort tradicional para la diplomática estadounidense. Pero Obama interpreta que la influencia británica en la UE es bastante limitada debido a su insistente euroescepticismo y que necesita mejorar las relaciones con Berlín y París si quiere establecer un vínculo fuerte con Europa. Así que la imagen de Obama hoy en la playa de Normandía, donde murieron tantos soldados norteamericanos ayudando a Europa a librarse del nazismo, valdrá mucho más que mil palabras. Debería recordar a los europeos que EE UU ha sido un aliado fiable en el pasado, y Obama quiere que lo sea en el futuro. ¿Captamos el mensaje? ¿Sabemos responder?