La búsqueda de los inmigrantes caídos al mar sigue sin esperanzas de hallarlos vivos
La Guardia Civil tiene muy complicado saber cuántas personas subieron a la patera en Tánger
| CÁDIZActualizado:Noche cerrada, una lancha de apenas siete metros de eslora y un grupo de viajeros que se sube a escondidas a la embarcación. No se conocen entre ellos, salvo aquellos que viajan con familiares. Nadie tiene constancia de ese viaje, ni billetes ni registros. En esas circunstancias, reconocían ayer desde la Guardia Civil y Cruz Roja, es tarea casi imposible saber cuántas personas naufragaron en la madrugada del jueves frente a la Bahía de Tánger. Por eso, la cifra de fallecidos que ayer estaban siendo buscados en aguas marroquíes es muy imprecisa. El dispositivo de rastreo, en el que también participan dos buques de la Armada del país alauíta, concluyó ayer sin éxito. Aunque las esperanzas se centran en hallar algún vestigio del naufragio o cadáver que salga a flote.
El primer dato de los 18 fallecidos y entre los que podía haber varios bebés se obtuvo a través de las declaraciones iniciales que hicieron algunos de los 22 supervivientes. Pero la Guardia Civil y los voluntarios de Cruz Roja comprobaron que las informaciones que obtenían no coincidían. Los inmigrantes daban cifras orientativas sobre el pasaje y sólo tenían certeza de los seres queridos que habían muerto, como la mujer que ilustraba la portada de este periódico en su edición de ayer, que vio morir a su hijo de cuatro años, o lo relatado por otro superviviente, quien dejó en el mar a su mujer embarazada y a su hijo.
El relato sí es siempre el mismo en cuanto a lo ocurrido a cuatro millas de Tánger. La embarcación apenas podía navegar por el exceso de peso y un primer golpe de mar tiró a varios ocupantes al agua. Esto hizo cundir el pánico entre los que seguían a bordo y la lancha terminó volcando. Cuando fue encontrada, estaba quilla al sol y semihundida.
'Patero' desaparecido
La toma de manifestaciones continuó la tarde del jueves y ayer por la mañana. Desde la Subdelegación del Gobierno se indicaba que el dato de los fallecidos se elevaba, siempre de forma provisional, a ocho niños y entre 20 y 35 adultos, quince de los cuales podrían ser mujeres.
Nada más desembarcar los supervivientes en el puerto de Tarifa, la Guardia Civil se afanó en buscar al responsable de la patera, a la persona que ejerció de tripulante contratada por las mafias de la inmigración. Pero todo indica, según confirmaron ayer a este medio, que está entre los desaparecidos.
Los que salieron vivos del naufragio fueron conducidos al centro de internamiento de inmigrantes de Algeciras. Sólo una mujer embarazada y un hombre, que presentaba un fuerte dolor abdominal, pasaron antes por el centro de salud de Tarifa, donde fueron dados de alta a las pocas horas.
Al ser de origen subsahariano, su repatriación no es automática porque no existen convenios de colaboración entre España y los países emisores, como sí ocurre con los inmigrantes marroquíes. Esto provoca que terminen en un limbo legal, en suelo español, pero sin permisos de residencia.
Ahora bien, desde Cruz Roja recordaban que su organización les facilita la inserción, mediante cursos de español, ayudándoles con la obtención de los papeles y desviándolos a posibles puestos de trabajo para que salgan de esa situación ambigua legal. Aunque no siempre funciona, prueba de ello son los subsaharianos que deambulan por las ciudades españolas.
Esta nueva tragedia provocó ayer una lluvia de reacciones. El Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Cádiz y Ceuta manifestó su profundo dolor y consternación. «Los ciudadanos de una y otra orilla no debiéramos de sucumbir ante el grave riesgo de acostumbrarnos a esta situación. La muerte de cualquier ser humano que intenta cruzar de una a otra orilla nos interpela a cada uno y al conjunto de nuestras sociedades», declaró.
La consejera para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, Micaela Navarro, definió el naufragio como «la crónica de una muerte anunciada». Insistió en que al ver las condiciones en las que se hacen a la mar, tanto meteorológicas como de infraestructura, un suceso como éste es posible.
El dispositivo de búsqueda se retomará hoy, en dirección hacia la isla de Alborán. El delegado del Gobierno de Andalucía, Juan José López Garzón, aseguró que el rastreo es y será intenso y las esperanzas, pocas.
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