Las almadrabas piden ayudas compensatorias por la parada
Actualizado:Alrededor de 400 almadraberos (prácticamente, casi todos los que se dedican a este empleo, ya que esa es la cantidad estimada de ocupación en el sector) llevaron ayer su indignación por la imposibilidad de ampliar las capturas de este año ante la Subdelegación del Gobierno en Cádiz. Allí reclamaron un cambio en el sistema de las cuotas de reparto de la pesca del atún rojo, pero también exigieron un paquete de ayudas sociales «como otros pescadores».
La gerente de la Organización de Productores Pesqueros de la Almadraba, Marta Crespo, ha declarado que «hay medidas sociales para todos los pescadores durante las paradas biológicas y los planes de recuperación, pero no para los almadraberos y nosotros también somos pescadores, nos sentimos pescadores». Crespo ha explicado que «tenemos las almadrabas llenas de atunes y por normativa comunitaria no podemos pescarlos, los almadraberos están en tierra y si no nos dejan capturar esos atunes que nos den ayudas para esos trabajadores». Más o menos, los pescadores calculan que hay más de 300 toneladas de atún bajo las aguas a la espera de ser recogidas. Pero no es posible acceder a ellas debido al cupo máximo establecido por los organismos internacionales (la decisión va más allá incluso de la Unión Europea y responde a un consenso mundial para evitar la desaparición de la especie).
En concreto, para esta temporada había fijado un límite de capturas en las cuatro almadrabas gaditanas (Barbate, Conil, Zahara y Tarifa) de 1.088 toneladas. Gracias al Fondo de Maniobra (por el que se reparten los excedentes que pudiera haber en casa Estado) se consiguió la semana pasada una pequeña ampliación de 123 toneladas que sobraron de Portugal. Y ahí se ha plantado el Ministerio de Medio Ambiente. No hay más posibilidades. Los afectados, por su parte, subrayan que, desde el inicio de la elaboración del sistema de reparto de cuota, se ha repetido una y otra vez que la división no tenía en cuenta que las almadrabas son un arte de pesca totalmente pasivo y fijo en el que se alterna de forma natural los años de pocas capturas con los de mayor abundancia.
A este respeto, Crespo insiste en que «esta año podría haber sido un año bueno porque las capturas cíclicas de las almadrabas compensan los años malos con los buenos; el año pasado nos sobraron 300 toneladas y este año nos faltan». Sólo hay que ir compensando cada ejercicio.