González elude las polémicas y hace bandera de Europa

Su nombre sonó ayer en boca de muchos, pero Felipe González hizo como quien oye llover. El veterano político, invitado de honor en el mitin de Juan Fernando López Aguilar en Palma de Mallorca, obvió todos los asuntos espinosos que en los últimos días se han introducido la campaña y se limitó a hablar de lo que casi nadie habla: Europa.

En su tono más didáctico, se explayó durante media hora para explicar qué es lo que está en juego el próximo domingo. «Hay que ir a votar porque el Parlamento vota con el Consejo Europeo el 70% de las normas de la UE y porque los eurodiputados no están de adorno. Algunos creen que sí y piensan en cómo se pueden quitar de en medio a alguien; no son capaces de poner toda la carne en el asador como la pone el Gobierno con su candidato», señaló.

El ex presidente no siempre dice lo que a Rodríguez Zapatero le gustaría oír. En más de una ocasión sus palabras han colocado en un brete a la actual dirección del PSOE y esta campaña no ha sido una excepción. Nada más arrancar, ya tuvo una intervención en unas jornadas económicas con la que muchos se llevaron las manos a la cabeza. Se mostró favorable a que el Estado recupere ciertas competencias autonómicas y, además, defendió la necesidad de unos nuevos Pactos de La Moncloa para hacer frente a la crisis y reformar la economía, a lo que se opone el jefe del Ejecutivo. Hace unos días, estampó su firma en un manifiesto suscrito por históricos del socialismo europeo en el que se reclama a la izquierda que presente su propio candidato a la presidencia de la Comisión, en lugar de apoyar, como ya ha hecho Rodríguez Zapatero, la reelección del conservador José Manuel Durao Barroso.

En Ferraz siempre han tenido claro que González es un gran activo que llega donde no lo hace Rodríguez Zapatero. Aún es un referente para un perfil de votante de edad madura que no entiende bien algunas de las políticas territoriales impulsadas en la anterior legislatura e incluso algunas de esas medidas que el presidente del Gobierno llama de «extensión de derechos». Por eso, en estas europeas ha participado en ocho mítines, casi tantos actos como el propio secretario general del PSOE.

En Palma de Mallorca optó por un discurso neutro, poco agresivo. No faltaron puyas al PP, pero menores: culpó a la oposición de la caída en los últimos años de la participación en los comicios europeos por su falta de fe en Europa.