La víctima fue atacada en la zona próxima al estadio portuense. / LA VOZ
Ciudadanos

El ADN consigue resolver otra violación que estaba sin esclarecer en El Puerto

Un hombre de 33 años, descubierto casi cinco años después de haber cometido el ataque sexual

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El relato de lo ocurrido el 21 de julio de 2004 en las inmediaciones del estadio de fútbol El Cuvillo de El Puerto recuerda al episodio dramático que otra joven sufrió en Valle Alto, nueve años antes, por el que fue condenado Rafael Ricardi, aunque se traten de hechos sin conexión alguna. La base de datos de ADN que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado comparten desde octubre de 2007 le ha valido a él que se descubra su inocencia y a otro individuo, identificado con las iniciales E. V. R., que sea apresado como autor del ataque sexual perpetrado hace casi cinco años.

La Policía Nacional confirmaba ayer que había arrestado el pasado lunes a un joven de 33 años que acababa de regresar del extranjero el sábado anterior. Su perfil genético había sido extraído de unas muestras que estaban archivadas en la citada base de datos. La respuesta a un caso que llevaba casi cinco años a la espera de una solución se obtenía en febrero. La Fiscalía solicitó, entonces, una orden internacional de detención que no sirvió para dar con el sospechoso, que finalmente ha sido detenido cuando regresó a su casa.

Casi cinco años antes, una joven acudía en su ciclomotor hacia Valdelagrana para trabajar, sobre las siete de la mañana, cuando E. V. R. se aproximó a ella en otra moto. La maniobra para detenerla fue sacarla de la carretera y que cayera sobre la maleza. En la zona de pinos que hay junto al estadio portuense, la joven fue violada.

La Policía pudo rescatar rastros de semen que fueron enviados a la Unidad Central de Análisis Científicos. Sin embargo, por esas fechas, Policía y Guardia Civil trabajaban con bases de datos biológicos diferentes y si el sospechoso no había prestado nunca su perfil genético era casi imposible dar con él. Pero a raíz de los atentados del 11-M, una de las recomendaciones salidas del Congreso fue la creación, como así ocurrió, de una base de datos unificada, donde fueron a parar las muestras rescatadas en escenarios de delitos que estaban por esclarecer, junto al ADN de personas desaparecidas y de cadáveres sin identificar.

Para hacerla operativa, la ley orgánica que regula este fichero también aprobó la extracción de ADN de sospechosos para que fuera cotejado con los perfiles guardados. Así, se estableció un protocolo para que en el momento de la detención, además de tomarle las huellas dactilares y la filiación, se rescatara una muestra de saliva. Este procedimiento fue el que sirvió para dar con uno de los dos imputados por la violación que no cometió Ricardi, y también ha servido para dar con este supuesto agresor sexual.

E. V. R. fue detenido anteriormente por otro delito y gracias a la muestra que le sacaron se pudo descubrir que su ADN era el mismo que había sido extraído del semen rescatado en 2004.

La Policía recordó ayer que habían elaborado un retrato robot a partir de los datos que pudo aportar la víctima, pero no dio resultado. El ahora detenido se había marchado, según fuentes consultadas por este periódico, a Inglaterra a trabajar y a su regreso ha sido detenido. El martes pasó a disposición judicial y fue enviado a prisión.