La moda de los colmillos sedientos
El éxito de 'Crepúsculo', con 42 millones de ejemplares vendidos a nivel mundial, ha avivado la publicación de novelas sobre vampiros
Actualizado:A El código da Vinci, la novela millonaria de Dan Brown, le salieron miles de clones, lo mismo que a la mayoría de los pelotazos literarios. Como la fórmula del documento esotérico, contextualizado en una polémica religiosa, dio tan ricos beneficios, la industria editorial quiso estirar el éxito mediante una serie de libros que copiaban su composición con una surtida gama de variantes.
Así salieron una infinidad de títulos sobre papeles ocultados por el Vaticano, quizá con alguna alusión a María Magdalena o hacia sociedades secretas y conspiratorias. Algún ingenioso ha llegado a inventar en Internet un generador aleatorio de novelas de Dan Brown, un descacharrante programa en el que se introducen los elementos de la trama y escupe como resultado el título de una supuesta novela, además de su sinopsis, todo ello con una evidente tendencia al delirio.
Furor adolescente
Ahora vienen los vampiros, que acuden llamados por el éxito de los libros de la serie Crepúsculo de Stephenie Meyer, con 42 millones de ejemplares vendidos a nivel mundial, de ellos 1,5 en español, y una taquillera adaptación al cine.
Sólo en los tres últimos meses se ha publicado Drácula. Vlad Tepes, el Empalador y sus antepasados (Tusquets), una aproximación histórica al personaje firmada por Ralf-Peter Märtin; Tratado sobre los vampiros (Reino de Goneril), de Augustin Calmet, un benedictino del siglo XVIII; El vampiro y La familia (Alianza), de Alekséi K. Tolstoi, escritor del romanticismo eslavo; Vivir y morir en Dallas, de Charlaine Harris, cuyas novelas inspiran la serie de televisión True Blood; y Baltimore o el valiente soldado de plomo y el vampiro (Suma de Letras), de Christopher Golden con ilustraciones de Mike Mignola, el creador del personaje de cómic Hellboy.
Aquí es donde entra Guillermo del Toro, y no sólo porque ser el director de la adaptación al cine de esa historieta, sino también por su primera incursión en la novela con Nocturna.
Del Toro es un gran conocedor de la cultura popular y sabe que, en ella, más que la originalidad del tema vale el planteamiento y la realización eficaz y amena del mismo. También conocerá que el vampirismo es ahora una moda adolescente, surgida con Crepúsculo y reforzada por la presencia creciente de los góticos, la siniestra tribu urbana muy próxima a la estética negra o nocturna de Drácula y compañía. Con todo ello, hay sangre para rato.