Entre Hollywood y el cómic
| JEREZActualizado:La música es vital, chispeante; los protagonistas viven, estornudas, beben café; hay acróbatas, delirio y una nueva versión de la ópera que se representó por primera vez en Venecia en mayo del año 1813, y que después de su estreno en Jerez irá de gira por todo el mundo.
En esta producción, Gustavo Tambascio, director de escena, realiza un «planteamiento personal» de esta obra que difiere del habitual. El responsable escénico traslada la acción a los años 30 y recrea el argumento en «una iconografía inspirada en el cómic y las películas exóticas de aquellos años», explicó Jesús Ruiz evocando las imágenes sugerentes de títulos de Tintín o de filmes hollywoodienses como los de María Montez o los Hermanos Marx. Así las cosas, en el Hotel Bey, el personaje de Mustafá ejerce una especie de sultanato sobre un emporio de ensueño, mientras que Isabella y Taddeo recalan en este paisaje después de haber perdido el control de su hidroavión para «asombro y regocijo» de Mustafá y sus súbditos. En La italiana en Argel de Tambascio la escenografía «evoca el suelo de albero y el fondo del Mediterráneo» -apuntó el escenógrafo echando mano de las notas del argentino- , al tiempo que destacó los «elementos orientales» que alternan con los modos occidentales. Es en este contexto de «gran colorido, sol abrasador o lunas sugestivas» donde Isabella despliega toda su elegancia y se desarrolla una trama en la que la mujer prisionera de Mustafá se convierte en dominadora de su destino. Esa liberación llega, primero, a través del juego de la seducción (armas de mujer) y, luego, mediante la fuga junto a su amado Lindoro.
Un toque de glamour, aires de frivolidad, para vestir el mensaje que el propio Tambascio cree que encierra esta obra de Rossini con la que el italiano quiso mostrar «una sátira acerca del trato que recibe la mujer en las sociedades fundamentalistas».