Minuto y medio de éxtasis
La visita de la Virgen a la Casa de Hermandad de Jerez, a las once menos cuarto, provocó una nueva explosión de júbilo y sentimientos entre lo romeros
| ENVIADO ESPECIAL Actualizado: GuardarLlegaba por fin las doce de la noche y se iniciaba un nuevo lunes de Pentecostés en el que las hermandades filiales fueron llegando a la plaza de Doñana, anunciadas por la megafonia y entre cohetes, la luz de las velas, el destello de las bengalas y el sonido de los campaniles que daba inicio al rezo del Santo Rosario.
La plaza de Doñana de la Aldea era un auténtico hervidero de romeros. Y entre ellos se organizó la procesión, que llegó hasta las puertas de la Ermita. Cuando hizo acto de presencia la Hermandad de Villamanrique, la número dos de las filiales de la Matriz, ya se presentía lo que iba a ocurrir. El Simpecado de Almonte estaba cerca y el salto, por lo tanto, se encontraba próximo. En el interior de la Ermita estaban los almonteños esperando la hora, hasta que llego el nuevo Simpecado de Almonte, copia exacta del anterior, que fue bendecido días antes de la romería.
El milagro volvía entonces a suceder. Los almonteños, un año mas, saltaban la reja para portar a la patrona de Almonte, a la Reina de las Marismas, a las 2:52 de la madrugada. Comenzó entonces la Procesión por el recorrido habitual por la Aldea.
La Virgen llegó a la fuente y eran miles (imposible de calcular con exactitud) de romeros los que la esperaban delante del pozo. La Señora salió como lo hacía antiguamente, sobre las ruedas, hasta llegar al dintel de la puerta. Esperaban Villamanrique y el resto de hermandes. Especialmente emotivo fue el encuentro con la de Sanlúcar, en una cita en la que los sanluqueños se volcaron, como no podía ser de otra manera, con la Virgen. Dentro del Real, en la casa de la Camarista, llegó el momento del rezo de la Salve y la petición de un minuto de silencio por todas las camaristas fallecidas y que, generación tras generación, han entregado su vida con esfuerzo y dedicación a la Reina de las Rocinas.
En Huelva, la petalada, con el grupo Senderos, como cada año, contagiando a los presentes con una explosión de sentimientos a través de sus plegarias convertidas en sevillanas.
Hay quien ha querido bautizar El Rocío de este año como el de la crisis, aunque, visto lo visto, se ha confirmado una vez más que la espiritualidad y el amor a la Virgen siguen siendo lo más importante, con diferencia, para los romeros. Y los jerezanos también demostraron ante la Blanca Paloma su compromiso con la Virgen del Rocío.
El encuentro con la Hermandad de Jerez se produjo entre palmas por bulerías. Llegó hasta las puertas de la Casa de Hermandad, provocando una explosión de júbilo y de sentimientos. La Virgen llegó, exactamente, a las once menos cuarto. El sol estaba entonces despuntando tras una mañana nublada en la que el rocío caía desde temprano. Fue un minuto y medio escaso, pero que sirvió para renovar las peticiones de los jerezanos, un minuto y medio para las oraciones de los cientos de romeros que quisieron compartir con la Virgen un año más su venida a Jerez.
Especialmente emotivo fue el llamamiento que hizo a la Virgen el padre Alexis precisamente para que llegara a Jerez. Todos los presentes intentaban que así fuese y que, además, arribara hasta la mimísima puerta de la capilla, donde organizaron un pasillo para que los almonteños accedieran. Y entonces una intensa lluvia de pétalos empezó a caer sobre la Patrona de Almonte, Jerez tenía a la Virgen en su casa un año más y Ella y el Pastorcillo Divino bendecían a todo Jerez en la Aldea.
La Casa de Hermandad de Jerez era un hervidero de personas que celebraban la venida de la Virgen. Allí quedaban las emociones de los rocieros entre lágrimas, emociones y abrazos por haberla podido recibir un año más.
La Virgen se recogió en la Ermita pasado el medio día, cuando ya se empezaba a notar el calor, que fue bastante intenso durante el resto de la jornada.
Y ya a las diez de la noche se celebró el Rosario en la casa de Hermandad con un reducido grupo de hermanos que hoy martes iniciarán el camino de vuelta hasta Jerez. La llegada está prevista para el jueves por la tarde.
En otro orden de cosas, la Junta de Gobierno de la Hermandad confirmó ayer a LA VOZ que José Luis Zarzana se encontraba mucho mejor y recuperándose del percance sufrido la pasada jornada del sábado en la Aldea.