El Gobierno brasileño confirma que los restos localizados a 650 kilómetros de su costa son del avión de Air France
Entre lo avistado figura un asiento, pequeños trozos blancos, una boya naranja y un tambor
PARÍSActualizado:El ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, ha confirmado que el avión de Air France desaparecido ayer cuando cubría la ruta Río de Janeiro-París "cayó en la zona brasileña". Jobim ha señalado que "no hay dudas" de que los restos divisados en una zona muy concreta del océano por los aviones de la Fuerza Aérea de Brasil son los del avión A330-200 de Air France que desapareció con 228 personas a bordo.
En concreto, el ministro carioca ha señalado que un avión de rastreo R-99 ha identificado materiales metálicos y no metálicos en el Océano Atlántico, en un vuelo efectuado esta madrugada. Posteriormente, un avión Hércules KC-130 ha registrado "un conjunto de restos" que pertenecerían al avión esparcidos en "una franja" de cinco kilómetros o tres millas náuticas de longitud, según el ministro, que ha señalado que "sumando los materiales divisados por el R-99, el asiento y los cinco kilómetros de restos, se confirma que esto es del Airbus".
Estos restos han sido encontrados cerca del archipiélago brasileño de San Pedro y San Pablo, unas rocas deshabitadas a unas 380 millas náuticas de Fernando de Noronha y a 700 millas de la ciudad de Recife. Precisamente en ese lugar, el portavoz de la Fuerza Aérea brasileña, el coronel Jorge Amaral, confirmaba horas antes que se habían podido avistar además de los objetos, manchas de combustible. Según el oficial, entre los restos avistados figuran un asiento, pequeños trozos blancos, una boya naranja y un tambor, además de manchas de aceite y de queroseno. Los restos fueron ubicados inicialmente en la madrugada de este martes por un avión R-99 que utiliza un radar y un sensor infrarrojo para captar objetos en el mar y medir las diferencias de temperatura. "El radar del R-99 identificó materiales metálicos y no metálicos en una región a cerca de 650 kilómetros al nordeste de (el archipiélago brasileño de) Fernando de Noronha, que nos obligaron a replantear las búsquedas", ha afirmado.
La primera pista
Fernando de Noronha, uno de los paraísos turísticos de Brasil, ha sido convertido por las autoridades brasileñas en una de las bases de las operaciones de búsqueda por su ubicación, en medio del océano Atlántico. Sobre las 05.00 hora local (08.00 GMT) y con la luz del día, los pilotos de los aviones C-130 que volaron hacia la región señalada pudieron ver restos en dos puntos diferentes distantes entre sí unos 60 kilómetros. Amaral señalaba entonces que la Fuerza Aérea Brasileña no podía confirmar si los pedazos avistados pertenecían al avión de Air France ya que señalaba que había que retirar los objetos del mar y apuntaba a que serían identificados, por su numeración.
Brasil y Francia habían intensificado la búsqueda siguiendo una primera pista: un piloto de la aerolínea TAM dijo haber visto en la superficie del océano "puntos brillantes" identificados como llamas. En un comunicado divulgado esta madrugada, la Fuerza Aérea Brasileña confirmaba que había recibido las informaciones de un piloto que había visto "puntos luminosos" sobre el mar cuando hacía un vuelo entre París y Río de Janeiro poco después de la desaparición del avión de Air France. Según el comunicado, como esos "puntos luminosos" que podrían ser pequeños focos de incendio fueron avistados en aguas territoriales de Senegal, Brasil informó a las autoridades del país africano. Sin embargo, el navío mercante Douce France, que circula por esa región y que fue contactado por la Marina brasileña, informó de que no había avistado nada en el lugar señalado por el piloto de la TAM.
En la aeronave figuran como pasajeros dos españoles; una tercera es miembro de la tripulación. Ayer ya fue confirmado por la familia que viabaja en el aparato el ingeniero sevillano Andrés Suárez Montes. Hasta hoy no se ha conocido la identidad de una segunda pasajera nacional. Un portavoz de la Embajada española de Emiratos Arabes Unidos ha anunciado que se trata de Anna Negra Barrabeig, catalana de 27 años y residente en Dubai. Según las mismas fuentes, trabajaba en una consultoría, vivía junto a su marido J.A.Q en Dubai, estaban recién casados, no tenían hijos y eran "muy queridos por la colonia" española establecida en la ciudad. El marido, también español, voló un día tras disfrutar de su luna de miel. Esta tarde, la aerolínea ha informado de que una de las azafatas es hispano-argentina. De padres argentinos, nació hace 32 años en Málaga. El presidente Zapatero ha trasladado el "cariño y afecto" a los familiares de todos los pasajeros del Airbus y ha garantizado a Sarkozy su colaboración en la búsqueda del aparato. A las tareas de rastreo en el Atlántico se ha sumado un tercer avión español.
Francia espera con cautela
La localización de posibles restos del Airbus ha sido recibida en Francia con cautela, a la espera de que se confirme si corresponden o no al A330. El primer ministro francés, François Fillon, que ha comparecido en la sesión de control al Gobierno de la Asamblea Nacional francesa, ha indicado que si se verifica el hallazgo de los militares brasileños permitirá "reducir el área de búsqueda". "Por ahora, no se privilegia ninguna hipótesis. Nuestra única certidumbre es que no hubo mensaje de alerta", sino alertas automáticas durante tres minutos de que los sistemas de la aeronave habían quedado inutilizados, ha señalado.
"Se ha lanzado una lucha contrarreloj en condiciones meteorológicas extremadamente difíciles y en una zona en la que los fondos marinos pueden alcanzar los 7.000 metros" de profundidad, ha advertido Fillon, que ha resaltado que hay un deber "doble": "un deber de verdad" sobre la desaparición del vuelo y "un deber de solidaridad" hacia las familias de las víctimas.
En un hotel junto al aeropuerto Charles de Gaulle de París, en el que tendría que haber aterrizado ayer el vuelo de Air France desaparecido, decenas de familiares de cuarenta de los ocupantes del avión han sido agrupados por personal de la compañía, que les ofrece asistencia e información. En torno al establecimiento se ha dispuesto un fuerte dispositivo policial para garantizar la privacidad de esas personas y evitar la entrada de las decenas de periodistas concentrados en los alrededores.