Obama explica el plan diseñado para la nueva General Motors ayer en Washington. / AP
Economia

La bancarrota resucita a General Motors

La nueva empresa adelgazará su tamaño y pasará a ser en un 60% del Gobierno de Estados Unidos, que le inyectará otros 30.100 millones de dólares

| CORRESPONSAL. NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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Ayer, antes de que abrieran los mercados, General Motors presentaba ante un tribunal de Manhattan los papeles para acogerse a la Ley de Bancarrota. Para algunos, era el fin de una era, pero para el presidente del que hasta el año pasado fue el mayor fabricante de automóviles del mundo, sólo el principio de un futuro más brillante. «Esto no es el final de General Motors, sino el comienzo de otro capítulo mejor que tenía que ocurrir y que empieza hoy», dijo Fritz Henderson.

La bancarrota controlada de la empresa permitirá su reestructuración sin liquidar bienes ni sacarla del negocio, con objeto de emerger entre 60 y 90 días como un ave fénix que vuele, con menos peso, más alto. «La nueva GM se construirá con lo más fuerte de la compañía, incluyendo nuestras mejores marcas y productos», anunció Henderson. «Tendremos mucha menos deuda, costos laborales competitivos y la capacidad para ser rentables de forma sostenible».

Su promesa, para la que contará con 30.100 millones de dólares más del Gobierno, es construir coches más pequeños «de consumo altamente eficiente, con calidad mundial, tecnología ecológica y un diseño fuera de lo común».

La clave, «salir de la bancarrota a toda velocidad», admitió Henderson. El modelo, Chrysler, que ayer mismo obtuvo luz verde de los tribunales para vender parte de sus activos a Fiat y consolidar así la fusión. Según el presidente Obama, «apenas 31 días después de que se acogiera al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrota, esto pavimenta el camino para que el nuevo Chrysler salga de ella en los próximos días». GM es una empresa mayor y más compleja con muchas ramificaciones, por lo que su plazo para atravesar la fase de reestructuración doblará o triplicará el de Chrysler.

La nueva GM tendrá menos deuda, más intervención estatal y aspiraciones más modestas. Su objetivo de mercado bajará de vender 16 millones de coches al año a sólo 10. El mayor propietario será el Gobierno de EE UU, con un 60% de las acciones y 8.800 millones en deuda, aunque promete no intervenir en el manejo de la compañía. Los trabajadores poseerán el 17,5% a través del fondo de salud para sus jubilados, que gestiona el sindicato de trabajadores automovilísticos, así como garantías para adquirir un 2,5% más en el futuro.

Dinero de Canadá

Los gobiernos de Canadá y Ontario aportan otros 9.500 millones a la compañía reestructurada y obtienen a cambio una deuda de 1.700 millones de dólares y un 12% de la nueva empresa. Por último, los más de mil bonistas que representan al menos el 54% de los existentes han accedido a cambiar sus 27.100 millones de deuda por un 10% de las acciones y garantías para comprar un 15% adicional.

La empresa planea cerrar de forma temporal o permanente 17 plantas o almacenes antes de diciembre de 2010, lo que costará el empleo a 20.000 trabajadores. «Sacrificios muy serios», reconoció Henderson después de que Obama diese la cara ante los trabajadores.

«Sé que ya habéis vivido vuestra ración de tiempos difíciles», les consoló el mandatario americano a través de las cámaras de televisión. «Hemos visto perder 400.000 empleos en la industria automovilísitca antes de que empezase esta reestructuración. No voy a fingir que los tiempos difíciles ya han pasado. Se perderán más empleos. Se apagarán más fábricas. Más vendedores cerrarán sus puertas y con ello, más proveedores de repuestos. Pero quiero que sepáis que estáis haciendo este sacrificio por la próxima generación, para que vuestros hijos y los de todos nosotros crezcan en un EE UU que todavía produce cosas, construye coches y lucha por un futuro mejor».

En la Bolsa quedaba ayer sólo uno de los tres grandes de Detroit. Ford no sólo se ha resistido a la ayuda del Gobierno sino que ha revisado ligeramente al alza sus expectativas de ventas, ahora que sus dos competidores se reinventan.