Treinta mil especialistas en cáncer miden los avances de las terapias personalizadas
| ENVIADO ESPECIAL. ORLANDOActualizado:El lema Individualizando la atención en cáncer reúne estos días en Orlando a 30.000 especialistas en enfermedades tumorales, convocados por la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (más conocida por sus siglas en inglés ASCO) a su 45.º reunión anual. Este encuentro científico se ha convertido, por su masiva asistencia y por los más de 4.000 estudios que se presentan, en la referencia mundial de los avances en prevención, tratamiento y cuidado en la materia.
Es tiempo de crisis, pero no debe serlo de recortes presupuestarios en la investigación oncológica, coincidieron el presidente de ASCO, Richard Schilsky, y el director del estadounidense Instituto Nacional del Cáncer (NCI), John Niederhuber. «La inversión en la investigación del cáncer también es una inversión económica», recordó éste, quien subrayó que cualquier retroceso en la lucha contra ese conjunto de enfermedades también tiene su precio. Por cada 1% de aumento en la mortalidad por cáncer, remachó, se perderían 500.000 millones de dólares.
Schilsky recordó por su parte el compromiso del presidente Obama de dedicar más fondos a la investigación oncológica en el presupuesto de 2010 y con la ley de estímulo económico. Pero advirtió que ese esfuerzo «debe mantenerse en el tiempo» para poder acercarse al ansiado objetivo de curar el cáncer.
En el caso de Estados Unidos, añadió, el éxito de la inversión en la lucha contra la enfermedad salta a la vista (de tres millones de supervivientes en los años 70 se ha pasado a 11 millones, y la mortalidad masculina y femenina ha bajado el 18% y 10% respectivamente desde los 90), pero podría revertirse tras flaquear la inversión en la segunda parte de esta década. En términos reales, ha caído un 18% en el período 2004-2008.
Una inversión rentable
En Europa, los avances en prevención y tratamientos se han traducido también en importantes mejoras de las tasas de supervivencia en oncología, aunque la ampliación de la Unión Europea al Este ha puesto de manifiesto significativos retrasos en los nuevos socios. De todos modos, el predominio de la sanidad pública ofrece un ámbito común para reducir esas diferencias. En Estados Unidos, en cambio, el reto es más complicado, porque predomina la sanidad privada y la contratación o no de un seguro médico puede implicar grandes brechas en el acceso. Como remarcó el presidente de ASCO, quienes carecen de seguro salen malparados en todas las comparaciones con los asegurados: tienen menos probabilidades de beneficiarse de programas de prevención y diagnóstico precoz, es más probable que les diagnostiquen tumores en fase avanzada y sus probabilidades de supervivencia son inferiores.
Cerrar esa brecha es aún más urgente en la perspectiva de la medicina personalizada o individualizada. Y es un reto insalvable en oncología, donde, en palabras de Schilsky, «cada paciente es único en la evolución de su enfermedad, su tolerancia al tratamiento y cómo encara su diagnóstico». Las especiales características biológicas de los tumores y las propias diferencias genéticas individuales hacen que hasta en un 40% de casos no se esté obteniendo el beneficio óptimo de los fármacos administrados.
Apuesta decidida
De ahí la apuesta por las terapias a medida, que se apoyan en análisis moleculares para conocer mejor la biología del tumor y que tienen en cuenta los perfiles genéticos en la asimilación de los medicamentos para elegir los más adecuados. Pero el lema de ASCO-2009 no se agota en la individualización de los tratamientos, sino que esa personalización alcanza a todos los ámbitos de la atención oncológica.
Empezando por la comunicación entre especialista y paciente, siguiendo por una terapia que debe «tratar al paciente, no la enfermedad». Y acabando por la fase posterapéutica, cuando la superación del cáncer tiene particularidades sociales, económicas o incluso puede presentar patologías paralelas.